El presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, ha declinado el ofrecimiento del Rey de someterse a la investidura para ganar tiempo y buscar apoyos que le permitan seguir gobernando después del órdago que el líder de Podemos, Pablo Iglesias, ha lanzado al secretario general del PSOE, Pedro Sánchez.

Horas después de que Iglesias ofreciese a los socialistas pactar la formación de un Gobierno, con Sánchez como presidente y él como vicepresidente, Rajoy ha optado por no ser "de momento" candidato a la investidura ante la certeza de que no tiene apoyos suficientes.

Rajoy ha advertido, eso sí, de que no renuncia a su candidatura y trabajará para buscar los votos y ha vuelto a reiterar a Sánchez su oferta de una gran coalición en la que estén ''populares'', socialistas y Ciudadanos.

Para el líder del PP, "no tiene ningún sentido" que él acuda a la investidura para que empiece a correr el plazo que marca la Constitución para la formación de Gobierno, dos meses desde la primera votación de investidura, y que de no conseguirse obliga a convocar nuevas elecciones.

El propio Rajoy ha reconocido que la situación ha cambiado por la "operación" de Iglesias, que en esta última jornada de consultas del Rey, llena de sorpresas, anunciaba a mediodía que había trasladado al monarca su intención de ofrecer al PSOE y a IU un "gobierno de cambio" para sacar al PP de la Moncloa.

Iglesias ha insistido en que "España no puede esperar a Rajoy" ni a los "juegos parlamentarios" aunque eso sí, también ha mostrado su desconfianza en los aparatos y las viejas élites del PSOE.

Una oferta en la que el líder de Podemos ha hablado incluso del reparto de ministerios -reclamando, entre otras, una cartera de Plurinacionalidad para abordar el debate catalán- y a la que Pedro Sánchez ha respondido con disposición al diálogo.

No obstante, el líder del PSOE ha pedido que se respeten los plazos y ha considerado que este es el "tiempo de Rajoy" y el candidato del PP debía primero someterse a la investidura, y una vez constatado su "fracaso" él mismo abriría el diálogo para buscar un gobierno progresista.

Un escenario que ha cambiado con la decisión de Rajoy, que obliga al Rey a iniciar una segunda ronda de consultas que comenzará, según ha anunciado Zarzuela, el próximo miércoles.

La pelota está ahora en el tejado de Pedro Sánchez, que ha emplazado a Pablo Iglesias a hablar este mismo fin de semana de su oferta de gobierno después de reconocer que ni los votantes del PSOE ni de Podemos comprenderían que ambos líderes "no se entendieran".

Una propuesta ante la que el portavoz de IU, Alberto Garzón, se ha mostrado dispuesto, si bien ha confiado en que los líderes de Podemos y el PSOE sean sinceros en este proceso y no hagan de él un "teatro" de cara a una eventual campaña electoral ni un "juego tacticista" en el que entren las ambiciones personales.

Una crítica en la que también ha entrado Mariano Rajoy, que ha alertado de que éste no es el momento de hablar de reparto de ministerios sino de investir a un candidato que consiga los votos suficientes.

En este caso ha vuelto a insistir en que la opción de Gobierno que él propone es la mejor para España porque da certidumbre y contaría con la colaboración de tres partidos -PP, PSOE y Ciudadanos- que están de acuerdo en los objetivos esenciales para el país.

Objetivos entre los que ha vuelto a citar la estabilidad económica, la unidad de España y la soberanía nacional y la igualdad de todos los españoles.

De ahí que Sánchez se encuentre de nuevo ahora ante la gran decisión de intentar negociar con Podemos su oferta para formar parte del mismo gobierno o repensar entrar en esa coalición que plantea Rajoy con Ciudadanos y que hasta ahora el líder socialista ha rechazado tajantemente.

Lo que sí ha dejado claro ya el secretario general de PSOE a Pablo Iglesias es que cualquier negociación tiene que partir de una relación de confianza y no de "desconfianza".

A eso no ayuda que el líder de Podemos haya dicho esta mañana que el que Sánchez sea presidente es "una sonrisa del destino" que le tendrá que agradecer.

En lo que sí han coincidido ambos es en apostar por la transparencia, para que los españoles conozcan minuto a minuto el detalle de sus conversaciones para formar Gobierno.

Será una negociación "televisada, retransmitida, pública y transparente", ha dicho Iglesias. "Con luz y taquígrafos y hasta por ''streaming''", le ha contestado Sánchez.