Explosión de primavera en pleno enero por colorido, dimensiones y "diseño". Los ejemplares de buganvilla crecen, y mucho, en Santa Cruz como muestran las imágenes de la vía del barranco de Santos que ilustran la página. Hasta ahí bien, pero no es del todo normal. Porque, aunque la planta se dé en esta época del año, no lo hace habitualmente con la exhuberancia que luce ahora. La razón está en un invierno atípico, sin lluvia y con temperaturas muy agradables.

"Enredaderas de porte arbustivo que miden entre uno y doce metros de altura. Crecen en cualquier terreno y se extienden sobre otras plantas. Siempre verdes en las zonas lluviosas todo el año, o bien caducifolias en las de estación seca". Eso dice el "cerebro universal" de Wikipedia. Lo cierto es que llaman la atención por su color: rojas, moradas, rosas, naranjas, amarillas, blancas...

A Canarias, estos setos enormes -a lo alto y a lo ancho-, que disimulan paisajes y mansiones, llegaron de América a mediados del siglo XVIII. Pese a ese origen tropical, en Santa Cruz se dan bien. Atractivas, muy fuertes y seña de identidad. Pero tan bellas como invasoras, sin dejar huecos libres. Más producto del parasitismo que de la simbiosis.

Auténticas paredes de color que este año florecen más que nunca. Cosas de un invierno un poquito loco.