Ver el abrazo entre componentes que lograron el doblete de Mamelucos en 1992 con otros que no habían nacido entonces emociona al presidente de la primera murga adulta que se hace por tercera vez con un doblete de primeros. Hace historia: hasta ahora, junto con Rebeldes, eran las únicas que tenían dos dobletes de Primeros; desde la noche del viernes, la única con tres. Además, al romper el triunvirato de Triqui, Diablos y Bambones, que desde 2006 se repartían el cartón del primero.

¿Qué ha cambiado en Mamelucos para ganar después de 24 años?

No ha pasado nada. Mamelucos conectó este año de entrada; otros no lo habían hecho y llegó a ocurrir que cuando sintonizó con el público no hemos premiado. Pero ya la palabra lo dice: es el fallo del jurado. La conexión con el público hizo mucho y la elección de los temas fue muy aceptada. Aspirábamos a hacer un digno papel.

¿Ha sido un desierto de 24 años?

Se han tardado 24 años en conseguir un primero de Interpretación, pero eso no ha afectado al seno de la sociedad. Hemos vivido momentos buenos que no han sido premiados. Me distingo por limar asperezas con todo el mundo y buscar soluciones.

¿Mamelucos ganas gracias al encuentro de dos generaciones, la Sub 21 y los veteranos?

Adaptar las formas de ver las cosas de unos y otros no siempre es fácil. Hemos intentando llevar el barco a donde queríamos, porque veníamos muy tocados y queríamos aportar cosas distintas.

¿Qué se aportó nuevo este año?

No se ha aportado nada nuevo, sino se han recuperado las maneras, las formas... El puzzle cuadró y se tuvieron las cosas a tiempo.

¿Quiénes lo hicieron posible?

Nando Galván, Masi y Airam Bazzocchi han hecho equipo, sacrificando incluso su opinión personal y enriqueciéndose con los otros. Pero el mérito es de los 75 componentes de la murga. El director ha trabajado y no ha tirado la toalla frente a contratiempos.

¿Ha llegado Xerach Casanova a su plenitud como director?

Lleva 4 años. Todo es mejorable, pero ha estado a una buena altura; lo he notado con más tablas y más tranquilidad. Frente al colectivo ha estado en una altura digna.

Fue director fundador hasta 2002. ¿Siente ganas de volver?

Siempre te pueden dar ganas pero tengo otras prioridades. No creo que vuelva a ponerme al frente. No me desconsuelo, y eso ya es grave. Me siento bien en mi faceta. Intento ser amigo de mis amigos. Ahora bien, por supuesto que volvería ante una situación extrema.

¿Quién tiene la última palabra en Mamelucos: Toño Ramírez?

Dependiendo de algunas cosas sí. Soy tajante con los colores.

¿Ha habido un divorcio entre Manolo Peña y Toño Ramírez?

No. Antes de que eso pueda suceder me voy de Mamelucos.

Tras ganar, ¿esperan nuevos componentes para 2017?

No. Soy el mismo del año pasado que estuvo con quienes pasamos una desgraciada final. No vivo de un cartón. Me molesta quien viene por un premio.

Pero hay mucho trotamurga...

No me gusta de las murgas que ahora está todo en la calle antes de que se cante en público. La esencia de la letra como sorpresa se murió. Es triste que eso pase.

¿Es partidario de una final a siete, como se hizo este año?

No, soy partidario de una a 6. Entre todos debemos cuidar nuestro propio concurso y no limitarnos a mirarnos el ombligo.

¿A favor del nuevo sistema de puntuación, sin arrastre a final?

Me da igual. Después de lo que pasó años atrás con Mamelucos con los papeles de un miembro del jurado. Me da lo mismo que se cuente la fase o no... si alguien quiere hacerte la puñeta, la hace. A Mamelucos se la hicieron.

¿Se considera justo ganador?

En Presentación vi los disfraces y hay una diferencia de un escalón; en Interpretación no puedo opinar porque no las vi a todas.