El concejal de Urbanismo en Santa Cruz de La Palma, Víctor Francisco, reconoció ayer a EL DÍA que el ayuntamiento tiene paralizados "dos o tres expedientes" de solicitudes de bares para la instalación de terrazas, debido a que "no contamos con una ordenanza que las regule".

Francisco admitió que una de las peticiones sin responder "pertenece al bar Melchor (tal y como informó EL DÍA en su edición de ayer) y otras dos son para plazas emblemáticas de la ciudad. ¿En la plaza de España?, sí, una petición a la que no hemos respondido es un establecimiento que pide poner mesas y sillas en la plaza de España". En realidad, el empresario "la pidió durante la legislatura anterior, pero en aquel momento se la denegaron (sin ordenanza) y ahora la vuelve a pedir. Son expedientes parados y que tendrán que esperar a que se apruebe la nueva ordenanza".

El concejal de Urbanismo explicó que en el caso del bar Melchor "frente a su inmueble no hay espacio físico sino que tiene que cruzar la calle para colocar su terraza, en un lugar que además ahora ocupa otro negocio". "Entiendo los argumentos del empresario, comprendo que quiera una solución, pero nos encontramos con que tenemos regulación fiscal (para cobrar las tasas), pero no una ordenanza que nos permita decidir qué espacio le corresponde a cada establecimiento cuando dos negocios solicitan ocupar la misma vía o el mismo lugar. La realidad es que la ubicación de sillas y mesas no está regulada", sentenció.

El edil nacionalista informó de que "cuando entre en vigor la ordenanza que estamos elaborando, todos los bares tendrán un plazo de seis meses para adaptarse a la nueva regulación", aunque no escondió que "sí tenemos dos o tres expedientes de este tipo parados, establecimientos que acaban de abrir hace poco, no hablo de antiguos; y que tienen las mesas colocadas sin pedir licencia hay siete u ocho. O que la pidieron para colocar tres mesas y pusieron siete. No ha existido un control ni una regulación al respecto. Hay sitios en la ciudad por los que es prácticamente imposible pasar sin golpearse con una silla y los vecinos, con toda la razón, se quejan de que esto es un disparate".

El responsable de Urbanismo es consciente de que "regular algo que lleva años en una dinámica irregular, como es ocupar espacios públicos al antojo o con el parecer de cada uno, es bastante complicado".