A todos nos ha pasado alguna vez. Es ese momento en el que, al desaparecer algo de tu vida, te das cuenta de que no lo habías valorado lo suficiente. Puede ser una cosa, una persona o un sitio. Puede pasarte cuando te vas de la casa de tu infancia y desde muy lejos te emocionas al recordarla viendo una fotografía. O también cuando de repente la enfermedad o la vejez se lleva a una persona querida. "Uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde", dice una frase popular. Y es cierto.

Quienes hayan vivido la experiencia de viajar fuera de la Isla seguro que han vivido una experiencia inolvidable: el regreso. Cuando te acercas a Tenerife en avión o en barco, en un día claro, lo primero que se divisa en la distancia sobresaliendo del horizonte es la figura imponente del Teide. Si tenemos que viajar con mucha frecuencia por razones de trabajo, nos terminamos acostumbrando. El viaje se convierte en una molesta rutina para ir y venir. Y apenas miramos el horizonte. Un día, en el regreso a la Isla en avión, un viajero que iba en un asiento próximo miró por la ventanilla del aparato y empezó a exclamar frases de admiración: "¡Es un volcán¡ ¡Madre mía qué grande!". Entonces miré yo también esa imagen que tantas veces había visto y volví a sentir la misma admiración de la primera vez. A través de los ojos de aquella persona volví a descubrir la inmensidad y la belleza del Teide.

Esta semana y después de muchos retrasos, el Gobierno de Canarias ha encargado la tarea de gestionar y conservar el Parque Nacional del Teide al Cabildo de Tenerife. Es el fruto de un trabajo de mucho tiempo y del esfuerzo de mucha gente que trabajó para que nuestra Isla pudiera ocuparse de su mayor riqueza natural: Ricardo Melchior, Wladimiro Rodríguez Brito, Ana Lupe Mora, Domingo Berriel y José Antonio Valbuena, entre otros.

Poseemos uno de los mayores tesoros medioambientales de Europa y uno de los mayores centros de atracción de visitantes. El Valle de Ucanca, el Teide y todo su entorno, no sólo es un paisaje único sino que en su interior existen excepcionales formas de vida vegetal y animal. La idea del Cabildo es poner en valor El Teide y su entorno como el principal recurso natural de Tenerife. Y en esta nueva etapa lo queremos hacer con el acuerdo de todos los grupos de la Corporación insular porque el Teide es de todos y su conservación es también una preocupación común. Pero además debemos ponernos de acuerdo para rentabilizar servicios que podemos ofrecer a los visitantes y que servirán para complementar la financiación que vamos a dedicar a la conservación y mejora de este espacio natural (cuatro millones de euros transferidos por el Gobierno de Canarias y casi 700.000 destinados en 2016 para inversiones a realizar por el Cabildo a través del área de Medio Ambiente).

Que ningún vecino de esta isla se preocupe: el Cabildo de Tenerife no va a cobrar por entrar al Parque Nacional. No se trata de eso. Queremos poner en marcha determinados servicios que generen valor a la visita y cobrar por ello. Y además vamos a diferenciar entre los residentes y los no residentes. Los servicios en los que estamos pensando van desde las visitas guiadas a la mejora de la vigilancia de los aparcamientos, entre otros. El Parque Nacional es, además, el mejor aula natural para la enseñanza y el aprendizaje de los valores medioambientales que debemos inculcar en nuestros ciudadanos más jóvenes y, para ello, el Cabildo está reformando el Centro de Visitantes de Cañada Blanca para modernizarlo y dotarlo de varias mejoras, como una sala de proyecciones para más de un centenar de espectadores.

Tenemos ideas y proyectos que estudiaremos y pondremos en marcha con el respaldo de todos los que formamos el Cabildo. Porque el cuidado y mejora del entorno del Teide es un bien superior en el que coincidimos todos: los tinerfeños y quienes les representamos. Por eso, cuando desde cualquier rincón de la Isla mire usted hacia ese gigantesco pico a veces blanco por la nieve, piense que lo estamos cuidando en su nombre y acuérdese de disfrutar. Es usted también dueño de uno de los mayores tesoros naturales y tiene la suerte de vivir en las faldas de uno de los volcanes más hermosos del mundo. El Teide en nuestro y es para estar orgulloso, ¿verdad?

*Presidente del Cabildo de Tenerife