La vida es bella. También la de aquellas personas que tienen alguna discapacidad. ¿Alguien tenía alguna duda? Si la tuviese podría resolverla en un programa de radio hecho al efecto.

Con el mismo título y la misma música de la película escrita, dirigida y protagonizada por Roberto Benigni en 1997, Anelio Ramón González dirige y presenta desde hace dos años un espacio radiofónico dedicado a la diversidad funcional. Para demostrar que la vida de estas personas también puede ser igual de bella que la de los demás.

Dicho así puede sonar algo cursi, simple si se quiere. Pero la cosa cambia cuando se conoce a Ramón, vendedor de la ONCE con un 81% de discapacidad reconocida, principalmente visual. Es decir, que habla en primera persona.

Primero en Radio MyD y ahora a través de internet, Facebook y Twitter, al no encontrar otra emisora que apoyara su proyecto, este locutor a tiempo parcial trata cada semana la diversidad funcional desde dentro y sin tabúes.

Desde hace unas semanas lo hace en la sede social de la asociación de vecinos Los Aceviños, en Chimisay Alto, un colectivo que, con nueva y joven junta directiva, no dudó en mostrarle su apoyo tras conocer la iniciativa -en un festival benéfico- y las dificultades que estaba encontrando Ramón para grabar y emitir "La vida es bella", un programa realizado, en su mayor parte, por gente con discapacidad.

"Tenemos una asesora sexual, otra de trabajo... El programa nace porque hacía falta uno así", relata con naturalidad Ramón, mientras atiende a los numerosos viandantes que se acercan a comprar, por la mañana, el cupón a su puesto, ubicado junto al bar Avenida Los Príncipes, en pleno centro de Ofra. Por la tarde lo hace en el centro comercial.

Ahora está inmerso en la recogida de información para su próximo programa de radio, en el que abordará la gran fiesta de la capital: el Carnaval. "Haré algún reportaje en la calle, micrófono en mano, para saber cómo ven el carnaval accesible", adelanta. Será el primer sábado después de las carnestolendas -hasta ahora se venía emitiendo los jueves-, pues el espacio hará un pequeño paréntesis estos días.

Mientras tanto, Ramón seguirá repartiendo la suerte con sus cupones de la ONCE como realiza desde hace 25 años.

Prueba de que su discapacidad no le ha impedido ni trabajar ni formarse, Ramón cuenta satisfecho que formó parte, durante 15 años, del coro y la percusión de la agrupación folclórica Los Aceviños y que tiene en su haber el título de coordinador de animador sociocultural-deportivo, curso que hizo en Madrid gracias a la ayuda de la ONCE.

De hecho, pudo poner en práctica su experiencia en actividades auspiciadas por la organización, pero se topó con la realidad cuando trató de hacerlo en ámbitos externos. "No me aceptaron por ser discapacitado, y eso que no cobraba", subraya.

Rechazo que, sin embargo, no le ha impedido seguir haciendo otra de sus pasiones: presentar eventos. "Me gusta; y lo hago sin cobrar", enfatiza. El próximo, uno de agrupaciones folclóricas, será en el Mercado Nuestra Señora de África. Allí volverá a demostrar que la vida es bella.