Troveros de Nivaria escribe su nombre con letras de oro en la historia delCarnaval de Santa Cruz de Tenerife.Segundo año de participación (en 2015 ya consiguieron el tercer de Interpretación) y la organización tuvo que encargar un camión para llevar anoche a su local los primeros de Interpretación, de Presentación, de Solistas (Néstor Sánchez, que en 2015 se hizo con un áccesits) y la distinción al mejor Pulso y Púa del concurso.
El segundo recayó en la Rondalla Mamel’s, que a punto estuvo de cosechar un merecido triplete para la Sociedad Mamel’s, con una sensacional ejecución, tanto como la de su solista, Sislena Caparrosa, que tal vez con menos técnica que ímpetu, fuerza y sentimiento puso al público del Auditorio de Tenerife en pie. La Rondalla Mamel’s se llevó un accésit en Presentación –la especializada de la Sociedad–.
Ganadores en la última edición, la Unión Artística ElCabo se tuvo que contentar con un tercer premio que, a la vista del fallo de este jurado, supo a gloria, en especial por la sorpresa del veredicto. Su solista, Besay Pérez, ganador en 2015, quedó tercero.
El accésit de Interpretación fue para Las Valkirias, que en su tercer año de participación –pertenecen a la misma generación que Mamel’s–, estrenaron directora, Inmaculada Bello. También en el apartado de Presentación sumaron premio, un tercero.
El veredicto del jurado, más allá de las siempre polémicas, confirma que la voz cantante en las rondallas la lleva la nueva promoción de formaciones líricas, caso de Troveros, Mamel’s y Valkirias, un espíritu que ha hecho suyo también la Unión Artística ElCabo. Parecía más lógico que Mamel’s oEl Cabo se hubieran repartido el primer y segundo premio. Este año quedó de manifiesto que una cosa es la técnica y otra lo que espera el público del certamen de rondallas, que vibró con Sislena Caparrosa, y hasta el pico del Auditorio le hizo la reverencia a la solista de “Tu cara me suena”.
En general, el concurso demostró el gran espectáculo de lírica de las rondallas, donde este año se acortaron distancias de calidad y se mantuvo un equilibrio.

UA El Cabo (1942).- Dirigidos por Israel Espino González, comenzaron su tiempo de concurso con una obra inédita. Cada rondalla ejecuta tres canciones y una de ellas es libre. En el caso de los de El Cabo se decantaron por una adaptación de “Hijo de la luna”, con solo de la bandurria Natalia Delgado. La fuerza de las voces del coro masculino, una de las características de esta formación, quedó de manifiesto tanto en esta obra, de más popularidad que en los “Coros de los Soldados”, donde deleitó el pulso y púa. Fue una demostración de lo que es una rondalla compacta. Dos obras y en ninguna pivotaron en solistas; la excepción del concurso, pues el resto de formaciones interpretaron al menos dos obras con solista para dar más brillo a su actuación.
En su tercera canción, de la ópera de Ernani, Israel Espino “sacó” su triunfo: Besay Pérez, quien casi recibió más aplausos antes que después de su actuación. Mucha técnica, pero al final no conectó con el público, que deseaba encontrarlo.

Las Valkirias (2013.- En su tercer año de participación estrenaron directora: Inmaculada Bello. Después de la experiencia del año pasado, que incluso ganaron un segundo de Interpretación, decidieron ser más líricas y con menos guiños a la zarzuela, lo que no evitó una exquisita y correcta coreografía, dentro del coro, en su primera obra, “Coro de Costureras”, en el que hacían que cosían mientras cantaban algunos fragmentos. Este coro femenino, con pulso y púa mixto, interpretó en su segundo, “Tabernera del puerto”, en su fragmento “Aquí está la culpable”, un diálogo entre las solitas, Viky López –con mayor protagonismo– yEsther Álvarez con el coro. Demostraron que son las reinas de la canción lírica cómica y satírica de la zarzuela; tal vez las solistas un poco por debajo de la calidad de la rondalla que vivió el año pasado su mejor año. Su actuación contagia amor de Carnaval. En su tercer tema echaron mano de sus capas para meterse en el papel de la obra libre, que hacía un repaso por éxitos de Abba, en una actuación más de música ligera que lírica.
Los Aceviños (2000).- A las órdenes de Rafael Flores, conocido en el mundo de las orquestas como Morocho, apostaron en sus tres obras por solistas. Comenzaron con la “Romanza de Rafael”, con la intervención del solista Anatael Herrera, también arreglista de las obras junto al propio director. Su actuación, floja. En segundo lugar, ejecutaron la obra libre, “El emigrante”, donde GoyoTavío ofreció su concierto con América. Cerraron con la “Ópera Carmen”, donde sobresalió el timbre de voz de Paola Macupido, acompañada por Anatael Herrera.Ella no tiene un chorro de voz, pero es exquisita. De esas que enamoran.

Rondalla Mamel’s (1942).- En su tercer año de participación, con Richard Casanova al frente, apostaron por temas populares que contagiaron al público. El primer, “O mio babbino caro”, a la medida de Sislena Caparrosa, magistral. Pletórica. Una actuación para volver a escuchar.Siguieron con un fragmento de la ópera “Tosca”, con Luis Miguel Morales (cantó como tenor, y resultó forzado porque parecía que era barítono), para cerrar con un “Homenaje a los himnos”. Siendo de la Casa del Miedo, no se esperaba el español. Así fue: Francia, Inglaterra, Alemania, Italia y... “Soy la sombra del almendro”. Los pelos de punta. Una exquisita actuación.

Masa Coral Tinerfeña (1930).- Javier Jonás Díaz demostró que se ha echado a los hombros esta histórica rondalla para sacarla adelante, apostando por consolidar coro dentro de las posibilidades de la sociedad. Abrieron con “La calesera”, con la intervención de la solista Míriam Guisado, para seguir con “Lucía Di Lammermoos”, con el solista Antonio Alberto González, y seguir con la obra libre, un homenaje a México, donde adaptaron “La cucaracha”, entre otros temas populares. Un salto en busca del nuevo estilo que se lleva hace dos años en el que no desentona la Masa Coral. Gran esfuerzo por superarse.

Troveros de Nivaria (2014).- Su presidenta y alma mater, Dori Montesino, no pudo acompañar a los suyos es esta odisea, al llevarse todo. Dirigidos por Jesús David Duque, el maestro más joven de cuantos participan, comenzaron con fragmentos de Puccini, donde agradó la participación de la solista María Candelaria Hernández. Siguieron con una versión particular de “Ach Guañac”, en homenaje a Taburiente, que el año pasado celebró el 40 aniversario. Y cerraron con un fragmento de Luisa Fernanda, donde su solista Néstor Sánchez mostró mucha más técnica que voz.

GranTinerfe (1981).- Otra rondalla que ha demostrado gran trabajo para estar a la altura de los grandes. No llega a los premios pero su participación es también un lujo para el certamen. Bajo la dirección de Isaac González, comenzaron con “Coro de la consulta”, para demostrar el trabajo en el pulso y púa. Sus siguientes dos obras, “La rosa del azafrán” y un “Popurrí Mary Poppins” contaron con la intervención de Raquel González Ramos. Buscaron, especialmente en las dos últimas obras, la cercanía con el público. Lo mejor, el subidón de nivel demostrado si se toma en consideración la actuación que ofrecieron el año pasado.
Al término de la actuación de las siete rondallas, participaron durante la deliberación del veredicto la Peña del Lunes 1965, dirigida por Fernando González Rosales, que contó con los solistas Jesús Aguilar y Antonio David González. Siguió el Orfeón, de JuanRamón Vinagre, con la intervención del solistas José González.
Más de una hora de deliberación, y no agradó el fallo al público.