Opta al Premio Ciudad de Santa Cruz Noir que se fallará el 12 de marzo con la tercera entrega de las aventuras de las subinspectoras Rebeca Santana y Miriam Vázquez, una historia de género oscuro con la que la escritora catalana Susana Hernández continúa invitando a los lectores a una escenografía en la que están los ingredientes elementales de la novela negra: "Me gusta tanto la investigación como la crítica social", precisa la autora de "Cuentas pendientes" (Alrevés).

¿Esperaba estar en la final del Tenerife Noir con este libro?

Eso es algo con lo que nunca se cuenta. Sobre todo, porque hay muchas novelas para realizar esta elección y los gustos siempre son subjetivos. No era algo esperado, pero estoy muy contenta de que haya sucedido.

¿Qué se van a encontrar en esta historia las personas que aún no se han acercado a ella?

Si ya se han leído alguna de mis novelas sabrán más o menos por dónde van los tiros. Este es un libro que se puede leer sin la necesidad de tener que haber conocido los otros, aunque hay algunas cosas que doy por sentadas. Es un texto que tiene tensión, suspense, ritmo... Me gusta construir varias tramas para que el lector se enganche hasta el final y, por supuesto, una buena crítica social.

Una de esas tramas, el nudo principal de la novela, está vinculado con el tráfico ilegal de menores. ¿La intensidad de esa crítica social hay que saberla medir para no crear un efecto rebote en los lectores, es decir, que no genere rechazo?

Sé que es un tema espinoso y desagradable, pero que yo trato de manera respetuosa para no pasarme de morbosa. Un escritor sabe que en la ficción también hay líneas que no debe cruzar. Luego, la decisión de traspasarlas es exclusivamente suya. El principal problema cuanto quieres hacer algo de este nivel es que te puedes quedar corto y, por lo tanto, dejas un montón de cosas en el aire, o te pasas un par de pueblos. Lograr ese equilibrio no es una tarea sencilla.

¿Usted tiene claro dónde esta esa línea divisoria?

Si dejas volar a la ficción esta es capaz de llegar muy lejos, lo que ocurre es que la realidad normalmente va más allá... Mis novelas tienen que aportar un punto de incomodidad al lector; deben poner algo de luz sobre esos asuntos que son complejos, desagradables y de los más oscuros de esta sociedad.

En sus libros están presentes los dos ingredientes fundamentales de la novela negra: investigación y crítica social. ¿Qué importancia le otorga a cada uno de ellos?

A mí me interesan las dos partes, pero también le doy un gran protagonismo a la psicología de los personajes. Esos factores y algún otro hay que combinarlos con el entretenimiento porque al final esto no deja de ser literatura. Una historia debe ser entretenida; lo sencillo es llegar a escribir una trama que te aburra. Si una novela no consigue hacerte reflexionar es porque le falta vida. Lo positivo es encontrarte con lectores que se acercan a ti para decirte: "Yo pensaba que eso no pasaba". Pues sí, desgraciadamente ocurre y la novela negra es uno de los canales más adecuados para contarlo.

Con Marcelo Luján ("Subsuelo"), otro de los finalistas del Tenerife Noir, comparte el hecho de haber ganado un certamen literario convocado por el ayuntamiento santacrucero, volver como nominada a esta ciudad es como una especie de "bucle" literario, ¿no?

Santa Cruz es una ciudad que me da suerte. ¡Algo de verdad tiene el dicho de las Islas Afortunadas! Allí conseguí mi primer logro literario de cierta importancia, que más tarde se acabó convirtiendo en mi primera novela. Ese año no pude ir a recoger el premio, pero al cabo de los años hicieron un acto en el que coincidimos los ganadores de las primeras cinco ediciones y así fue como conocí a una ciudad que ahora me ha sorprendido con esta nominación del Tenerife Noir.

De usted dicen que es una de las autoras del género negro con más futuro en este país. ¿Eso es una presión a la hora de escribir?

Sí que hay un poquito de eso. De entrada es un halago y agradezco muchísimo que me tengan en consideración, pero cuando me pongo a escribir no pienso en eso. Esa presión que pueda existir en torno a lo que pueda hacer es bonita porque implica que hay personas que esperan algo bueno de mí. Que me pregunten cuándo saldrá mi próxima novela es más una motivación que una presión.

¿Qué porcentaje le atribuye usted al auge que está teniendo lo oscuro, un género no siempre bien tratado en el sector editorial español, en este periodo de crisis económica y social?

Vivimos un tiempo propicio para la novela negra. Basta con abrir un periódico para encontrar un montón de argumentos que podrían formar parte de una buena publicación de este género. Leer las desgracias de los demás, no obstante, es un ejercicio que se practica mucho en este país, es decir, si yo lo estoy pasando fatal voy a coger este libro para enterarme de las cosas malas que le ocurre al resto de la ciudadanía. Insisto, esto consiste en dar un poco de entretenimiento a los lectores a partir de la capacidad que tengas de imaginar tramas.

Autora: Susana Hernández.

Título: "Cuentas pendientes".

Editorial:

Alrevés.

Páginas:

288.