El pasado día 28 de febrero fue publicado, en Cartas al Director, el artículo "Prohíbo morirse sábado y vísperas de festivo". Haciendo un símil con el mismo, titulo este artículo "Ni te pierdas, ni te mueras en navidades o en Reyes".

Hace poco nos enteramos de la desaparición del joven José Rafael Hernández, de 35 años, del barrio de la Montañeta de Los Realejos. Para encontrarlo se pusieron sus señas en los medios de comunicación y en las redes sociales: camisa de rayas rojas y blancas, pantalón negro, estatura 1,70 metros, y ligera cojera de la pierna izquierda.

Para su búsqueda, se formó un dispositivo con las fuerzas de seguridad, ya que la persona había desaparecido desde el 2 de noviembre y se había dado parte a la Comisaría del Cuerpo de Policía del Puerto de la Cruz-Realejos.

A pesar de todos los esfuerzos, la persona no aparecía, y la familia se desesperaba, y la Policía no encontraba indicios de su paradero. Por ello, la familia del mismo solicitaba la colaboración de todos los ciudadanos por diferentes medios.

El 14 de diciembre de 2015, se comentó que se había hallado un cadáver en la costa de Santo Domingo, en La Guancha, concretamente un cuerpo que flotaba a unos 200 metros de la costa. Parece ser que un patrón de un barco avistó el cuerpo y lo retuvo junto a su embarcación esperando la llegada de la Cruz Roja marítima del Puerto de la Cruz. Los mismos se hicieron cargo del cadáver y lo subieron a bordo, con grandes dificultades debido al mal estado del cuerpo.

En el muelle de Puerto de la Cruz, esperaban la Policía Judicial de la Guardia Civil y el forense del Juzgado de Instrucción de Guardia, que ordenó el levantamiento del cuerpo y su posterior traslado al Instituto de Medicina Legal para la práctica de la autopsia.

Al estar indocumentado y llevar tiempo en el mar, una de las hipótesis era que podría tratarse de la persona desaparecida que se estaba buscando. Se confirmó que el cadáver encontrado coincidía con la persona perdida, pero ello ocurrió a mediados de enero de 2016, mediante la prueba del ADN.

Las fechas de navidades y de Reyes fueron las causantes del excesivo retraso por conocer la identidad de la persona, y por eso se puede decir que "Ni te pierdas, ni te mueras en navidades o en Reyes". Es una vergüenza que se entregue el cuerpo de la persona perdida a la familia dos meses después de haberlo encontrado, con la consiguiente angustia familiar durante estos 2 meses. Está claro que en este país las fiestas son más importantes que las personas vivas o fallecidas. Recientemente, en el periódico EL DÍA se publicó una esquela de la persona fallecida, con la consiguiente misa en la parroquia de San Cayetano de La Montaña de Los Realejos.

Lamentablemente, en estos casos no se piensa en la familia que sufre en este proceso. Ahora sólo se puede decir a sus familiares y amigos, "Descanse en Paz, una oración por su alma".