Es lo que se acomoda a don Pablo Iglesias (junior). El senior, el que fundó la UGT y el PSOE, que nada tiene que ver con el dirigente de Podemos, era otra cosa. Y es que el tal dirigente (el que acude al encuentro con el rey en mangas de camisa y al encuentro con los Goya en esmoquin) se cree adornado por el antónimo del término. Pero no. A pesar de su formación universitaria, no se acomodan sus actos a lo que de un profesor universitario (financiado por el resto de españoles) cabría esperar.

Desde que por primera vez lo vi en Intereconomía me dio la impresión de una persona tolerante y demócrata. Me complacía ver su forma de debatir, defendiendo sus posturas y respetando la de sus interlocutores. De aquello no queda nada. O aquello era, simplemente, una pose para captar adeptos. Cuando esos adeptos han sido captados, ha aparecido el lobo que se escondía bajo la piel de cordero: se acabó la democracia; o conmigo o contra mí; yo estoy en posesión de toda la verdad; el que no se avenga a este aserto, a la guillotina. Poco más o menos.

El problema es que su verdad, la de verdad, no difiere en casi nada de la casta a la que venía a desterrar. El poder por el poder, con todo lo que ello implica para imponer sus "esencias" en detrimento de una sociedad harta de corruptos y prepotentes. Y las encuestas dicen que seguiría creciendo, a costa del PSOE. Será que aún proveniente del socialismo y residente en él, me estoy haciendo viejo y ya en la pendiente de salida de este convulso mundo que nos está tocando vivir. Mundo en el que el gran capital hace a su antojo, y en el que la gran masa humana, de todo color, sufre las consecuencias.

Contra aquel capitalismo subyugante vinieron a pronunciarse Engels, Marx, Lassalle, Liebknecht, Bebel,... Y surgió el comunismo, que parecía la tabla de salvación respecto de los desmanes y el sufrimiento que producía aquel capitalismo. Y cuando el comunismo alcanzó poder suficiente, se aplicó a la deportación y asesinato de aquellos que parecían disentir de los postulados de Lenín y Stalin. Millones de seres humanos padecieron aquel totalitarismo. La democracia hecha añicos. Y el pueblo, como siempre, a sufrir por los avatares de uno y otro lado.

El tiempo corre, los años pasan, los ciclos se repiten. Y te salga un "salvador" de un espectro u otro, siempre han de correr con el sufrimiento los mismos: el pueblo llano. El 20D mostró en las urnas el hartazgo de una población con los dos partidos mayoritarios. Estos deberían haberlo comprendido y proceder a cambios serios y honestos, en sus formas y en sus fondos, para entender y actuar pensando en España, en los españoles. Y no en ellos mismos como organizaciones.