Mi amigo Daniel Cerdán, a través del correo electrónico, me refresca la memoria sobre algunos momentos pasados en los que luché por mantener los puertos francos. Después de años sin contacto, internet nos reúne al interesarse por la pérdida de Eduardo García.

Aquella etapa fue inolvidable, defendimos nuestra tierra porque considerábamos que con la entrada en el Mercado Común, Canarias saldría perjudicada. En realidad ocurrió así, aunque a medias, pues empezó a entrar dinero a mansalva y a gastarse de la misma manera. Los políticos pensaron que saldríamos beneficiados, pero gastaron mal, sin juicio y criterio, y derrocharon en obras inútiles y repetidas. Como ejemplo, todo lo que fue renovado en la capital, se lo cargaron con la obra del tranvía, y aunque el artefacto ha resuelto una parte del tráfico, la que une los dos municipios más capitalinos, para entrar por la mañana en la ciudad desde el norte hay que echar las mismas horas que en un viaje en avión a Madrid. Así que el problema sigue sin resolverse o quizás estamos peor y sin recibir dinero. De esas precipitaciones en el gasto del dinero de Europa fuimos todos culpables, los políticos por su falta de madurez, y el pueblo por haber elegido a esos dirigentes. Y es que lamentablemente no estamos preparados para el avance democrático, los índices de analfabetismo y el retraso cultural siguen siendo altos, por lo que votamos con el corazón y no con la mente. El resultado de las últimas elecciones lo demuestra, una algarabía con la que no tendremos un Gobierno estable antes del verano. De esto los italianos saben mucho, cuando mejor se vive en Italia es cuando no hay Gobierno, son laboriosos y se las apañan bien sin recibir órdenes. Aquí se ordena mucho, se manda más y se gobierna poco y mal.

Europa trajo también cosas buenas con las que hemos avanzado en distintas parcelas. España es un país reconocido, con un bello territorio, donde se come que da gusto, con riqueza cultural y patrimonial, museos, palacios, pueblos recónditos..., por eso recibe mucho turismo, que particularmente en las Islas ha dejado la friolera de once millones de euros cada día. ¡Un fortunón! Además somos alegres y sabemos divertirnos, más pobres pero vivimos mejor que todos los europeos juntos. Nos basta una guitarra y el salario semanal para montar una juerga, pero la realidad es que hay un 30% de pobres y muchos lo están pasando muy mal. El paro sigue con altibajos, con cifras demasiado elevadas todavía, pero tenemos algo aún peor, seguimos enfrentados, y en vez de avanzar por el bien común, hay más separatismo y nacionalismo, y sobre todo rencor. Solo hay que ver las decisiones políticas de la alcaldesa de Madrid, le falta mandar a perseguir curas, prohibir procesiones..., y si Pedro Sánchez es presidente, ¿aplicará las mismas recetas? El enfrentamiento está calentito, hay demasiados exaltados y antigubernamentales y muchos de ellos ya se han instalado en el Parlamento. Espero que Europa los amanse, y cuando se vean obligados a seguir recortando, demostrarán sus ideas entrando en razón.

Vaya, parece que me he salido un fisco del guión. Hablaba del dinero europeo que llegó para ayudar, y que también tocó en el reparto a los agricultores, pero ya ven el resultado años después, cuando se levante la platanera quedará terreno baldío para construir más hoteles de cuatro estrellas, para que vengan más extranjeros. La estabilidad económica ya depende del sector turístico y servicios, dos patas de la mesa. Si añadimos el repunte de la construcción, tenemos la tercera. Pero necesitamos cuatro para no perder el equilibrio, y ahora mismo no la encontramos en la universidad y las escuelas, pues se han convertido en el mejor bastión del paro. Dicen que Alemania espera a nuestros jóvenes, pues precisarán mucha mano de obra, pero seguimos estando a la cola en los idiomas.

Esa preparación que exigimos, escasea en la clase política, pues mucho defender sus ideales, pero poca educación y diálogo. No son capaces de sentarse, pensar, conjugar proyectos y ponerse de acuerdo en lo fundamental. Eso sí, para encumbrarse al salario están siempre prestos.

Otra despedida esta semana, Alfonso Morales, compañero en Aspronte y buena persona. Un abrazo para su familia. Descanse en paz.

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