La Real Federación Española de Fútbol le comunicó ayer al CD Mensajero que cuenta con tres días para presentar alegaciones para evitar el posible cierre del estadio Silvestre Carrillo por los incidentes que tuvieron lugar al final del partido del pasado domingo entre el equipo palmero y el Barakaldo (0-1), en los aledaños del recinto deportivo, y que acabaron con agresiones al árbitro Fernando Navarro, según denunció el colegiado en el acta.

Antes de esta notificación, el pasado martes, el club rojinegro envió un escrito de alegaciones que tiene previsto ampliar en estos días, aprovechando el plazo establecido por el organismo federativo. En el peor de los casos, el de que el Comité de Competición impida que asista público al Silvestre Carrillo en uno o varios encuentros de Liga, el Mensajero acudirá a otras instancias para presentar recursos. Si la sanción es económica, aceptará el castigo que le impongan. El asunto podría resolverse el próximo miércoles, como muy pronto.

De momento, los dirigentes tratarán de demostrar que el contenido del anexo del acta que redactó el colegiado no se ajusta a lo que realmente pasó el domingo. Por ejemplo, tienen constancia de que el parte médico elaborado en la Península, después de que el árbitro presentara una denuncia tras marcharse de La Palma, no indica que fue agredido. Asimismo, el Mensajero incluirá declaraciones del responsable de seguridad del estadio y de los agentes de la policía que trabajaron con motivo del partido ante el Barakaldo. Igualmente aportarán el testimonio del taxista que condujo a los árbitros desde el Silvestre Carrillo al aeropuerto de Mazo ese mismo día.

El acta refleja varias incorrecciones, algunas más relevantes que otras. Entre las menos trascendentes, pero igualmente "falsas", tal como remarca el Mensajero, está la acusación realizada por el árbitro de que el club permite la venta de bebidas alcohólicas en del estadio. La entidad palmera se aferra a sus argumentos para mantener abierto el Carrillo.