Dice que no desea ataduras musicales. Ni siquiera cuando habla del fado, un género por el que transita con éxito desde hace casi tres décadas. "Lo importante es la música, yo soy un elemento más a su disposición", declara la solista que mañana mostrará las canciones de "Peregrinaçäo" a los espectadores que acudan a la Sala Sinfónica del Auditorio de Tenerife. Eso sí, la artista nacida en Montijo no viene sola. A su lado estará en varios tramos del espectáculo el bilbaíno Kepa Junkera, una alianza que se precipitó hace más de 18 años con motivo de "Sodade".

Dulce Pontes regresa a Tenerife dispuesta a mostrar su alma. "La música que haga saldrá de ella y espero que el público la reciba de la mejor manera", cuenta una intérprete que lleva años apostando por el concepto world music. "Nunca le he puesto etiquetas a lo que hago. Para mí solo es música", reivindica la lusa sin obviar que una de sus reglas esenciales cuando sale a un escenario es "no teatralizar el fado; yo dejo que todo sea un proceso natural", explicó en una entrevista concedida a EL DÍA.

Cuando Pontes canta casi nada está predeterminado. Bueno. De su escaleta normalmente se suelen caer dos de esos títulos que dan volumen a una carrera. "Canción de mar" y "Una lágrima" sonarán en una velada en la que incluso podría llorar el cavaquinho (un instrumento a medio camino entre la guitarra y el timple que suele tener cierto protagonismo en su obra). Fado, folclore atlántico o incluso alguna que otro ramalazo de flamenco. Así sonará el alma de Dulce Pontes.

Concierto: 20 de febrero.

Lugar: Auditorio de Tenerife.

Hora: 21:00.