Un nuevo formato musical, menos miembros pero más instrumentos para poder viajar con más facilidad, es una de las características que definen actualmente a la banda tinerfeña Ida Susal, que hoy presentará, a partir de las 21.00 horas, en el teatro Príncipe Felipe de Tegueste, durante unos noventa minutos, una selección de los trece temas que integrarán su segundo trabajo discográfico.

Esta formación, liderada por la cantante, compositora y guitarrista tinerfeña Julia Botanz, hija del prestigioso músico Rogelio Botanz, también aprovechará su actuación para intentar recaudar fondos para su nuevo registro y para poder financiar la próxima gira que realizará a finales del próximo mes de abril por Andalucía (Jerez de la Frontera, Málaga, Sevilla y Córdoba), Madrid, Euskadi y Barcelona, tras haber sido seleccionada en el primer ciclo 2016 promovido por AIEnruta, Sociedad de Gestión autorizada por el Ministerio de Cultura para defender los derechos de los Artistas Intérpretes o Ejecutantes.

Ilusión e inquietud son dos de los aliados de este grupo formado por Jonay Aguilar (percusionista), Nadir Sigolo (acordeón), Ione de la Cruz (bajista), Soledad Melián (intérprete del lenguaje de signos) y la cantante y compositora Julia Botanz, aunque en su primer disco, "caraAcaraB", participaron treinta y dos colaboradores.

"El nuevo formato del concierto es ante todo música, pero tiene mucho toque teatral y está adaptado al cien por cien al lenguaje de los signos, que se integra perfectamente en la banda, porque es muy importante que la gente sorda también pueda llegar a la cultura. Estuve en un colegio en el que había personas con este problema y conozco las dificultades que tienen", aclaró Botanz.

Esta loable inquietud, que ha conseguido insuflar de forma activa al resto de los miembros del colectivo, ha hecho que las letras de sus canciones, llenas de sinceridad y metáforas, sean uno de los pilares fundamentales de su propuesta musical.

"Las letras casi siempre tienen un filtro positivo. Siempre tienen algo de crecimiento y si tocan algún tema delicado, lo hacen desde la visión de la superación, de crear positivismo. Hay crítica, pero sobre todo experiencias. Más que crítica diría conciencia, siempre se intenta reflexionar, darles una vuelta de tuerca a las cosas sobre las que se habla en las canciones."

Con respecto a la música que acompaña sus temas, Botanz considera que es "un mestizaje de autor. Hay mucha influencia latina. Es muy variado, hay una mezcla muy grande. Hay música disco, rumberas y todo tipo de influencias latinas, milonga, son cubano, rancheras, cumbia...", ritmos que se rompen y combinan para acariciar sus originales composiciones.

También está muy presente la percusión canaria. "Los patrones musicales canarios no están presentes en sí, pero hay instrumentos. Siempre me ha gustado la percusión canaria, sobre todo tocar el tambor herreño o el de El Palmar. Pero es más el instrumento que la melodía".

En este sentido, precisó que "la palabra sí que es canaria totalmente. Hay muchísimas palabras que cuando voy a la Península tengo que explicarlas, pero de forma natural. Si hablo de la playa pues aparece el callao, o el arrorró...".