Vicente Hernández llega al final del ciclo olímpico como una apuesta ganadora. Más allá de si finalmente logra plaza para los Juegos Olímpicos de Río 2016, este lagunero tranquilo y mayúsculo ha sido capaz, en una sola temporada, de granjearse el respeto de todas las figuras del triatlón mundial. Lo ha hecho con una clase imperial, talento del que no abunda, y con una humildad mezclada con competitividad que lleva la impronta de su inconfundible sello. Y para más inri sin apenas apoyos económicos con los que sufragar los gastos para una temporada que requiere inversiones.

Afronta estos últimos días de febrero, recta final para las World Series, con el innegable deseo de estar en verano en Brasil, independientemente del respaldo que tenga. En lo anímico y en lo social va sobrado de cariño. Su mente solo traduce deporte y matemáticas. Tres plazas para cuatro españoles que en teoría aventajan al resto de sus paisanos por calidad y por ubicación en el ranking mundial. Javier Gómez Noya, Mario Mola, Fernando Alarza y Vicente Hernández. Un trébol de rango superior con el acento canario bien marcado y dispuesto a convertirse en voz preferente.

Playitas, en Fuerteventura, marcó el inicio de la carrera olímpica. Ahora suma kilómetros de calidad en el stage de Sudáfrica. A su lado, un puñado de los mejores triatletas del momento bajo la mirada y el aura de Gómez Noya. El gallego lidera el grupo con los mayores focos de atención. No en vano, tras serlo todo en las Series Mundiales y competir, casi combatir, con los hermanos Brownlee en épicas batallas deportivas, ahora le toca su sueño olímpico. Cuatro años esperando tras Londres 2012 para demostrarles a todos, pero en especial a sí mismo, que lo mejor estaba por llegar.

Intentará ser partícipe de este reto del deporte español Vicente Hernández, que en estos dos primeros meses de 2016 de duro entreno no cuenta con las molestias físicas que en años anteriores mermaron su rendimiento. "En enero, en Fuerteventura, empezó lo verdaderamente duro e interesante para todos", cuenta Chente con su habitual parsimonia. "Parece que físicamente estoy en perfecto estado y ya solo toca asimilar los entrenamientos día a día e ir cubriendo etapas sin saltarme ningún escalón".

Para afrontar su objetivo está prácticamente solo. Las instituciones le han dado la espalda, especialmente las insulares y regionales, a pesar de su notable evolución en el ranking mundial (45º en 2013, 25º en 2014 y en el top ten en 2015) y solo La Laguna parece que, a falta de confirmación oficial, mantiene su apoyo al que, a pesar de su juventud, ya es el mejor triatleta histórico de las Islas. En el ámbito privado, más de lo mismo. Algunas marcas que lo surten de material y suplementación, pero poco más, a excepción de Fuentealta, que ha visto la magnitud humana y deportiva de Vicente e hidratará y respaldará su carrera olímpica.