El candidato a la Secretaría General de UGT y líder del sindicato en Canarias, Gustavo Santana, asegura que si se celebrasen unas primarias, donde los afiliados votasen de forma directa, él sería el nuevo secretario general porque tiene el respaldo de las bases y porque supone el relevo generacional.

En una entrevista con Efe, Santana, con 40 años recién cumplidos, el más joven de los tres candidatos a suceder a Cándido Méndez, admite que no tiene el apoyo de las grandes estructuras, pero le consta la ilusión de las bases y de muchos delegados que, aún sometidos a la disciplina de voto, le han transmitido el deseo de avalar su candidatura porque supone la del "cambio integral".

Santana asegura que hasta el 42 Congreso "está todo por decidir" e insiste en que él está en "clave del siglo XXI" mientras que la Ejecutiva Confederal, la que internamente aboga por una candidatura única, está "en clave de hace 22 años", cuando tomó las riendas el actual secretario general.

El responsable de UGT Canarias insiste en que el 42 Congreso Confederal supone una "oportunidad histórica" para que la organización se transforme y haga autocrítica.

"UGT no está para transiciones, para pedir tiempo muerto y decir que se ha equivocado", asegura.

Santana apela a que el sindicato se transforme "porque si no nos transformarán y en ese proceso corremos el riesgo de perder la conexión con el hilo de la historia", y con las bases.

Diplomado en trabajo social y con cinco años al frente de la Secretaría General de UGT Canarias, Santana es consciente de la imagen deteriorada del sindicato, víctima de casos de supuesto fraude y corrupción y, por ello, su programa apuesta por la transparencia y la participación.

Sobre esto último, Santana es el único de los candidatos que concurre a liderar la UGT que pide rebajar el mínimo de avales necesarios para presentar candidatura.

En estos momentos ese mínimo está en el 25 % de los 601 delegados y Santana defiende que baje al 10 %, un porcentaje que califica de "razonable" y que permitiría la concurrencia de más compañeros.

Santana descarta "absolutamente" pactar con sus oponentes para que sea un único candidato el que llegue al 42 Congreso. "No voy a retirar mi candidatura en ningún caso, quien quiera una sola candidatura que se sume a la mía y me acompañe en esta aventura".

"Es un valor democrático que exista más de un candidato. No hay que temer que la gente vote y decida cuál es su líder sindical" afirma.

Pero, además, y en aras de esa transparencia que deberá definir a UGT en los próximos tiempos, el responsable canario exige que en el Comité Confederal se deposite toda la información en materia económica y sindical y que los altos cargos de la Ejecutiva hagan públicos sus salarios, un acto que tilda de "sano" para la democracia de la organización.

No obstante, Santana reconoce que los cargos orgánicos se dejan las energías en la actividad sindical y, por ello, deberán estar "bien asalariados. No puede ser de otra manera".

En este ejercicio de transparencia, Santana también plantea que los cargos de la Comisión Ejecutiva Confederal tengan la obligatoriedad de hacer público su patrimonio.

En su programa, este sindicalista contempla que los afiliados que sean víctimas de un expediente judicial puedan solicitar voluntariamente la suspensión de militancia "para preservar su imagen y la del propio sindicato".

Consciente de que UGT necesita elevar su afiliación, Santana valora que la reducción de seis a tres federaciones, aprobada en el último Comité, garantiza que los recursos sindicales puedan ser destinados de forma nítida a las bases del sindicato y, por ende, estimula la afiliación.

Y para insistir en este aspecto, Santana propone que el nuevo secretario general "patee" al máximo las empresas durante los próximos cuatro años.

Se trata, dice, de implementar el proceso de cercanía y escucha a los trabajadores dentro de las empresas.

No obstante, admite que la crisis ha tenido "mucho que ver" con la afiliación, porque se ha destruido mucho empleo y se han hecho más precarias las condiciones del trabajo.

Además, recuerda que no se pueden obviar las encuestas del CIS que aseguran que una parte importante de afiliados ha dejado el sindicato por entender que no le representa como quisiera.

En esa nueva fortaleza que Santana quiere para el sindicato, coloca la derogación de las dos reformas laborales (2010 y 2012), pero completas y sin ambages, y emplaza a un nuevo Gobierno "del cambio" a que acabe con las políticas que en los últimos años han mermado los derechos laborales y las libertades.