El cardenal George Pell, encargado de las finanzas del Vaticano, dijo hoy que cuenta con el "respaldo" del papa Francisco mientras declara ante una comisión que investiga los abusos sexuales a menores en Australia cometidos por miembros de la Iglesia católica.

Pell, el más alto cargo de esa Iglesia que ha declarado en un caso de pederastia, se reunió la víspera con el pontífice tras concluir su primera comparecencia ante el organismo investigador australiano que analiza la respuesta institucional a las denuncias.

Sin embargo, se desconoce si en esta reunión, que estaba programada de antemano, se abordó el asunto de la comparecencia ante la comisión del cardenal, informó la cadena local ABC.

Antes de iniciar hoy la segunda jornada de declaración, Pell, quien da su testimonio por videoconferencia desde un hotel de Roma debido a que no ha podido viajar a Australia por motivos de salud, declaró a la prensa que tiene "el total respaldo del papa".

Pell comparece en relación con decenas de casos de pederastia ocurridos entre las décadas de 1960 y 1980 en las sureñas ciudades de Ballarat, donde nació y trabajó de sacerdote, y Melbourne, donde fue arzobispo.

Este martes, Pell fue interrogado por la abogada de la comisión, Gail Furness, sobre quién se responsabiliza en el seno de la Iglesia católica de la protección de los menores dentro de una parroquia.

"Cada uno tiene un cierto tipo de responsabilidad general. Los individuos y especialmente los titulares de los cargos tienen una responsabilidad particular en las áreas que les concierne", respondió Pell.

Furness cuestionó al prelado en torno a las obligaciones de un sacerdote para actuar frente al abuso sexual de un menor bajo la ley canónica y le sugirió que sus respuestas estaban diseñadas para separar su responsabilidad en denunciar las actividades pederastas de los miembros de la Iglesia católica.

"No estoy seguro de que moralmente escapara de esta obligación, pero no estoy seguro que en ese momento fuera incluso una obligación cívica informar de este delito", le respondió.

Asimismo, el cardenal calificó de "una historia triste que no era de gran interés para mí" los abusos sexuales contra menores cometidas a mediados de la década de 1970 por el sacerdote pederasta Gerald Ridsdale, cuyos delitos ya eran conocidos en al menos dos parroquias.

El entonces obispo Ronald Mulkearns tenía conocimiento de las actividades de Ridsdale, pero el cardenal australiano aseguró que no fue informado de ellas cuando trabajó como su asesor.

Al ser preguntado por el presidente de la comisión, Peter McClelland, si había sido engañado por Mulkearns, Pell respondió: "desafortunadamente es correcto".

Después McClelland advirtió al cardenal de que éste sería culpable si la comisión concluye que él conocía los abusos de Ridsdale en aquel entonces.

Pell también negó tener conocimiento de que Ridsdale viviera durante varios meses con un adolescente de 14 años el presbiterio en la década de 1980.

"El cardenal Pell es muy astuto y un hombre muy brillante. ¿Cómo puede decir que no sabía?", opinó en declaraciones citadas por la agencia local AAP Phil Nagle, una de las 15 víctimas y familiares que viajaron hasta Roma.

Por su parte, David Ridsdale, sobrino y que se declara víctima de Gerald Ridsdale, manifestó que Pell "o es culpable o es un bufón ignorante", agregó la fuente.