El mercado de invierno ha enriquecido la plantilla del Tenerife, porque la incorporación de Saúl, Moutinho y Lara aporta variantes que aumentan las opciones de José Luis Martí, pero, además, invitan a pensar que el Tenerife del último tercio de la temporada será más ofensivo, tendrá más presencia cerca del área rival y, al menos en ocasiones, borrará de la pizarra el discutido trivote en el centro del campo.

Para sustentar esta teoría en opiniones autorizadas, EL DÍA recabó el punto de vista de media docena de entrenadores, todos con titulación nacional, la mayoría de ellos en activo y, por consiguiente, actualizados en la realidad del conjunto blanquiazul.

Los técnicos consultados creen que el Tenerife de Anduva, el que juega con dos futbolistas en el medio centro (Vitolo y Aitor Sanz), sigue siendo un equipo equilibrado, y valoran positivamente la rentabilidad que aporta el hecho de añadir un atacante más en el campo (Nano). La cuestión a resolver es si Martí opina de la misma manera.

Este cambio de tendencia puede estar inducido también por la explosión de Nano. El momento de forma del canterano es brillante y su productividad goleadora está por encima de lo esperado. Por eso, en esta situación, sacarle del equipo titular para poner un centrocampista defensivo parece inconveniente. Queda una variante más, que consiste en mantener a Nano en el campo y empezar con Lozano en el banquillo, pero parece un lujo que el Tenerife no debería permitirse. Es verdad que Lozano jugó como enganche en Anduva, por detrás de Nano para realizar una función similar a la que hacía Aridane a la espalda de Ayoze Pérez, y podría entenderse que en casa, ante un rival tan replegado como el Almería (que juega con cinco defensas), va a ser más difícil encontrar espacios en los que el hondureño le dé ventaja a Nano para correr, pero aún así cuesta asimilar que uno de los dos se quede en el banquillo en el momento en que afronta el Tenerife este partido.

Hay un matiz que se añade al encaje que tiene este 4-2-4, y es la aportación de Moutinho, un futbolista que aporta juego por la zona interior del campo, buen pasador para los delanteros y técnicamente dotado para aguantar la pelota y evitar de esta manera que, aunque el equipo juegue con más gente en ataque, se pueda fracturar en dos bloques, como sucedía cuando Martí apostaba por el otro sistema (como ante el Huesca).

La duda está servida. A la espera queda, en el banquillo, mucho talento para defender, para correr y para controlar el juego. Martí decide.