La Iglesia Católica (IC) en España ha sufrido el ataque y persecución de muchas maneras a lo largo de la historia. Ha sido presentada como enemiga del progreso del hombre, intransigente, totalitaria, dominante y de ideas retrógradas. Y en nombre de nuevas ideas se ofende a los católicos con actos y actitudes hostiles contra sus sentimientos religiosos. ¿Y por qué el ensañamiento contra esta institución? Pues porque la IC defiende la vida, la familia y constituye un referente moral que, a juicio de algunos, es preciso destruir en nombre de un falso progresismo.

Efectivamente. En esta línea de ataques y ofensas a la IC, estamos siendo testigos de una ola de violencia y menosprecio anticristiano manifestada en actos profanos y denigrantes como algunos de los que comento.

En abril de 2014, en Sevilla, la Confederación General del Trabajo escenificó burlescamente una procesión titulada "Procesión del santísimo coño insumiso".

El pasado día 15 de febrero, con ocasión de la entrega de los premios Ciutat de Barcelona, la poetisa Dolors Miquel recitó un poema que contenía un "Padre Nuestro Abortivo". Una parodia de mal gusto sobre el Padrenuestro. Así, entre otras vulgaridades y ofensas, la podemista rapsoda vomitó estas vulgaridades y blasfemias: "Madre nuestra que estáis en el celo, sea santificado vuestro coño...". "Hágase vuestra voluntad en nuestro útero sobre la tierra". Frases blasfemas por hacer referencia indirectamente a la madre de Dios a través de la oración del Padrenuestro.

Las blasfemias, irreverencias y actos sacrílegos ocurridos en los últimos años son frecuentes. Así, tenemos el caso de un chico alumno de un instituto público de Palma de Mallorca, en la modalidad de Bachillerato de Arte, autor de un videoclip blasfemo que fue premiado por su profesora con un sobresaliente, desconsiderando que la ofensa a los sentimientos religiosos es un delito tipificado en el Código Penal.

Otra. En el pueblo alicantino de Bigastro, un grupo de malnacidos expresó su odio religioso asaltando la iglesia de Nuestra Señora de Belén, destrozando el sagrario, arrojando al suelo y pisoteando algunas sagradas formas y llevándose algunas de ellas.

Otra. El Ayuntamiento de Pamplona, gobernado por EH Bildu, organizó una exposición en la que el "artista" Abel Azcona compuso en un panel en el suelo la palabra "pederasta" con 242 hostias consagradas y profanadas que consiguió fraudulentamente acercándose al altar para comulgar en diversas misas y guardarlas. Exposición que supuso una total vejación y un acto sacrílego.

Otra. En abril de 2014, unos ladrones, además de robar diversos elementos sagrados, profanaron el sagrario de una iglesia sita en Oria (Galicia), llevándose las hostias consagradas.

Otra más. En junio de 2014, activistas de Femen se atrevieron a encadenarse semidesnudas a un crucifijo en la catedral de la Almudena, de Madrid, mientras proferían insultos contra la Iglesia y gritaban en defensa del aborto.

Y hablando de mujeres semidesnudas, recordemos la reciente comparecencia ante el juzgado de lo penal nº 6 de Madrid, de la concejal de Ahora Madrid y portavoz del ayuntamiento madrileño, Rita Maestre, acusada de un delito contra los sentimientos religiosos, castigado en el Código Penal, por su participación en el asalto a la capilla del campus de Somosaguas, de la Universidad Complutense.

Si graves son todas las actuaciones sacrílegas, profanadoras y ofensivas contra la IC, no lo son menos que el descaro y la mala fe que demuestran quienes cobardemente los justifican y hasta los aplauden apelando a la libertad de expresión, como si este derecho constituyera un salvoconducto para la ofensa, el insulto y la provocación desmesuradas. ¿Qué entenderá por libertad de expresión tanto cobarde ignorante?

"Si el mundo os odia, sabed que a mí me ha odiado antes que a vosotros" (Evangelio de San Juan 15, 13-21).