Con "Buena vida" recuperó el pulso musical que congeló durante un par de años voluntariamente para entregarse a su faceta de actor y, de paso, recorrer un sendero que esta noche lo guiará al escenario principal del Recinto Ferial de la capital tinerfeña para recoger su primer Premio Dial. Diego Torres llegó ayer a Tenerife, un lugar en el que antaño conquistó muchos éxitos con su "Color esperanza". "Volver a un sitio que tiene estas conexiones latinas es especial", cuenta el bonaerense en la línea de salida de una entrevista en la que habla de presente, de planes de futuro, de música y de cine...

"Buena vida" le sigue proporcionando buenas noticias, ¿no?

Afortunadamente sí... Cuando sacas de un disco sabes que hay que viajar de un lado a otro para disfrutar con esas canciones.

¿Era una necesidad volver a los escenarios después de una tregua que aprovechó para sus proyectos cinematográficos?

Cuando decidí abrir este paréntesis me centré muchísimo en mi oficio de actor con el objeto de renovar las metodologías de trabajo. Ese parón, entre comillas, me hizo volver con más ganas. Necesitaba tiempo para escribir, componer y madurar las canciones que están en "Buena vida".

¿Qué posibilidades hay de ver por estas latitudes esas canciones en formato de concierto?

Si se dan las circunstancias lo vamos a intentar. Sobre todo, porque en Tenerife siempre se recibieron muy bien mis canciones. Siento que regresar a Canarias es como volver a latinoamérica... Aquí no me considero un extraño... Esta es una tierra que está muy cerca de mis raíces.

¿Usted concibe sus creaciones como un momento de felicidad, una explosión de positividad?

Hay algo que es muy frecuente en mi forma de ser que se ha dado en varias canciones... A mí me gusta escribir historias que están pegadas a la vida, pero en la vida hay buenos y malos momentos. La alegría o la desesperación está en la lucha diaria por superarnos. Por eso la vida es como un vals: das un paso adelante y otro hacia atrás. No puedo encontrar un ejemplo más certero para resumir mi vida, tanto la personal como la profesional... Esa lucha diaria se traduce en un papel cuando me siento a pensar una canción.

"La vida es un vals", precisamente fue la canción con la que inició la promoción de su último disco. ¿Cómo decide encajar las piezas con las que mantener con pulso este trabajo?

El disco nunca perderá el pulso mientras las canciones que lo conforman sepan cuándo aparecer y cómo evolucionar (Diego Torres prueba un café que le acaba de traer el servicio de habitaciones del hotel en el que se aloja)... Cada canción tiene su espacio: las que acaban de nacer y las que triunfaron en el pasado. Me encanta que la gente haya disfrutado con "La vida es un vals" y que ahora estén disfrutando con intensidad la letra de "Iguales".

¿Qué espera de los próximos años?

Quedarme un ratito más en la música (sonríe)... Explorar nuevos caminos con este regreso y, si puedo, trabajar en el mundo de la interpretación. No me veo en un rodaje de una película por una cuestión de tiempo, pero sí en personajes de serie.

¿Esperaba que esa colección de canciones tuvieran tanto éxito?

Este es un disco con muchas aristas poéticas... Por un lado hay un sentido muy cotidiano y por el otro contiene un material que es muy análitico. Es un álbum vivo. Las formas de transmitir esas canciones han cambiado, pero prender una radio y que suene mi música es algo mágico. Esa sensación solo te la provoca la radio...