El Escuadrón 731 torturó a miles de chinos, coreanos y rusos durante la Segunda Guerra Mundial. Como un auténtico ejército del terror, se convirtió en uno de los destacamentos al servicio de las Fuerzas Armadas japonesas para la experimentación de agentes biológicos en conflictos.

Sin el canibalismo propio de una época donde el mundo giraba a golpe de fusil, existen otras formas menos violentas de torturar la realidad echando mano del elegante y maquiavélico recurso de la metáfora. Uno de sus maestros era Manuel Vázquez Montalbán, un irrepetible creador capaz de maridar el periodismo y la literatura agitando las letras, porque ya se sabe que las metáforas las carga el diablo y, en muchas ocasiones, la realidad es más cruel que la ficción.

Las metáforas no respetan nacionalidad, raza ni sexo, y suelen atacar a los sectores vulnerables de la población. Es en este contexto donde Canarias se postula como un territorio fértil para la deshumanización de una sociedad que se quiere vender como la región que encabezará el crecimiento económico del país, con Telde en el sexto lugar de las ciudades con más paro de España y con un injustificable 57% de desempleo juvenil. Mientras que el Cabildo de Tenerife prevé "sacar de las listas del paro una media de entre 15.000 y 20.000 personas", los sueldos políticos y de la dirección de la Administración insular cuestan a los tinerfeños 4,2 millones de euros al año.

Siguiendo el relato patrio, hay metáforas que se nutren de lo absurdo, lances ocasionales cuyos eufemismos podrían "desajustar la paciencia" del lector, tanto o más que a los incansables vecinos de Cho Vito, que ahora ven cómo España tiene que devolver a la Unión Europea la inversión (más los intereses) del paseo marítimo que sustituyó el poblado marinero. Luego, existen metáforas cimentadas con pesadumbre y aderezadas por una rabia que vuelve a situar a las Islas en el epicentro del oprobio: solo en uno de cada mil hogares canarios se percibe la Prestación Canaria de Inserción (PCI), y en 58.000 casas no entra ningún tipo de ingreso, todo ello pese a que la consejera de Hacienda, Rosa Dávila (de Coalición Canaria), vaticinó hace algunos meses que el presupuesto para 2016 "permitirá el despegue económico de la región sin dejar a nadie atrás".

Las metáforas son recursos extraordinariamente eficaces para configurar la propia percepción y la experiencia. Incluso es el único principio racional, casi periodístico, capacitado para contar que en el Archipiélago los informes de valoración integral forense sobre violencia machista para atender a las afectadas pueden tardar hasta tres meses. También dan buena cuenta de que Canarias es la segunda comunidad autónoma con mayor número de mujeres víctimas del terrorismo machista.

Nos hemos convertido por derecho propio en los mayores consumidores de metáforas del país, en auténticos dependientes de una figura retórica que necesitamos para explicar el día a día en una tierra que sigue sorprendiéndonos a golpe de aliteraciones, hipérboles y antítesis. Recuerden, aunque no lo crean, que las metáforas las carga el diablo; no tienen piedad, da igual del partido que sean.

@LuisfeblesC