Un grupo de investigadores del Hospital de La Candelaria ha concluido que los niveles de las proteínas FGF23 y Klotho tienen relación con un mayor o menor riesgo de enfermedad coronaria.

El doctor Juan Navarro, jefe de la Unidad de Investigación del centro hospitalario, explica que han logrado comprobar que los altos niveles del factor de crecimiento fibroblástico (FGF23) y los bajos de la proteína Klotho "se relacionan con el daño vascular".

El grupo en el que han centrado su estudio son "pacientes que tienen una enfermedad ateroesclerótica". La ateroesclerosis o estrechamiento de las arterias es la patología vascular que está en el origen del infarto o los accidentes cerebrovaculares, detalla Navarro.

Estos estrechamientos de arterias se creía que estaban causados por un depósito de colesterol. "Hoy sabemos que hay mucho más".

En 770 individuos del grupo estudio se han medido los niveles en suero de Klotho. Casi 250 pacientes han aportado muestras de la pared del vaso para que se analizaran los niveles de Klotho y FGF23.

De estos análisis, se ha concluido que los mayores niveles de FGF23 y menores de Klotho tienen relación con la enfermedad cardiovascular "independientemente de otros factores de riesgo cardiovascular".

La finalidad última de esta investigación que comenzó en 2007 es que los niveles de FGF23 y Klotho se puedan utilizar como marcadores en los controles de las pacientes con una patología cardiovascular. "De aquí a que esto se pueda usar en la práctica clínica queda mucho", reconoce el doctor Navarro. No obstante, el fin es que llegue el momento en que los análisis de los niveles de FGF23 y Klotho puedan servir para "predecir eventos cardíacos [infartos, ictus] y reducir la mortalidad".

La enfermedad cardiovascular es la principal causa de morbi-mortalidad en nuestra sociedad y no se prevé un cambio en este escenario. En 2013, según el INE, estas patologías fueron responsables de casi un tercio de las muertes.

En concreto, la aterosclerosis (estrechamiento de los vasos) es el proceso responsable del daño que se produce en la gran mayoría de ictus, accidentes cerebrovasculares y de la patología vascular periférica.

La génesis de esta investigación está en la observación clínica. Juan Navarro es nefrólogo y se dio cuenta de que los pacientes con enfermedad renal crónica presentan una reducción en la expresión de esta proteína Klotho en la pared vascular. Esto favorece el desarrollo de la calcificación de la misma.

A las preguntas sobre cómo afectaban los niveles de Klotho a los enfermos renales siguieron otras como si esa afección era la misma para los que tenían patologías cardíacas solo.

Desde 20o7, año en el que comenzó la investigación, han contado con financiación del Instituto de Salud Carlos III. El grupo de investigación está formado por dos biólogos, dos farmacéuticos y dos médicos. No obstante, el doctor Navarro subraya que cuentan con "muchos colaboradores dentro de los servicios del hospital". Así, en la actualidad colaboran con cirujanos vasculares que les facilitan las muestras de vasos donde medir las proteínas y, anteriormente, los cardiólogos les prestaron su ayuda para comprobar el daño en las coronarias.

El director del grupo, el doctor Navarro, cuenta con numerosos reconocimientos a su labor investigadora.

En 2012, fue premio anual de Investigación Clínica Janssen-Cilag, por un estudio que analiza los efectos antinflamatorios de los captores de fósforo, fármacos utilizados en pacientes con insuficiencia renal.

En 2015, recibió el premio de investigación clínica de la Fundación Renal Íñigo Álvarez de Toledo (FRIAT).

En 2014 recibió una de las seis becas que concede la Sociedad Española de Nefrología para estudiar la enfermedad renal crónica en Canarias.