El Real Madrid recibirá hoy al Roma en la vuelta de octavos de final de la Liga de Campeones, sin fiarse de los dos tantos de ventaja cosechados en la ida (0-2) y con la intención de poner fin a su "maldición italiana" ante un rival que llega lanzado. Zinedine Zidane y los futbolistas son conscientes de que se juegan todo a una carta. La Liga de Campeones es su salvación en una temporada para el olvido, eliminados de la Copa del Rey por un error administrativo y sin opciones desde febrero en la Liga por su irregularidad.

En el momento clave de la temporada, Zidane recupera a futbolistas importantes de su equipo titular. Cambiará la cara de un equipo que llega de vapulear al Celta (7-1), con Cristiano como líder y respondiendo a los silbidos de su afición con cuatro tantos.

El técnico francés podrá alinear a su once de gala, salvo en la zona del nueve, donde está la ausencia, la de Benzema por lesión.

La afición del Bernabéu olvidará las rencillas con sus jugadores en su competición favorita y creará ambiente de noche europea para empujar a su equipo a los cuartos de final y a romper una maldición que se extiende desde 1987.

Mientras, el Roma, que lleva siete triunfos seguidos en la Serie A italiana, llega a este partido con una delantera en gran forma, que, tras el 0-2 de la ida, promedió cuatro goles por partido, lo que alimenta su sueño de una remontada.

El conjunto de Spalletti dejó atrás el momento de crisis vivido entre diciembre y enero, y ha vuelto a ganar con continuidad, lo que le ha permitido adelantar a Inter de Milán y Fiorentina, y situarse en la tercera plaza liguera, aunque ahora solo piensa en la remontada.