Dejando atrás mi reciente comentario sobre la indispensable conexión Ciudad-Puerto, hoy me ciño a la otra necesidad histórica de proteger lo que aún nos resta de nuestro patrimonio, habida cuenta de que la ciudad ha ido recibiendo transformaciones urbanas, no siempre acertadas, que han hecho desaparecer muchos rasgos singulares de nuestro pasado como encrucijada en el Atlántico y estadía antes de abordar una empresa descubridora, como lo fue el paso de Colón o cualquiera de las innumerables expediciones que con diferentes motivos hicieron una última escala antes de continuar el salto oceánico.

Somos conscientes de que la actual crisis económica de nuestro país -y más concretamente de Canarias-, derivada de la europea, no ha sido un acicate para impulsar las necesarias medidas de protección para los inmuebles aún existentes, pero la mejora económica de los órganos que nos tutelan -Ayuntamiento, Cabildo y Gobierno autónomo- ha contribuido y contribuirá aún más invirtiendo parte de sus recursos públicos en una serie de actuaciones que beneficiarán, repito, a nuestro patrimonio cultural e histórico. Así, pues, nos consta que para el presente ejercicio ya se han emprendido acciones que afectan a la rehabilitación de nuestra singular plaza de Los Patos (antigua Piedra del Rey), la Casa Siliuto y la de Mascareño; inmuebles los últimos que cuando estén concluidos tendrán uso público. De igual manera lo será el antiguo instituto de Santa Cruz, sito en Ireneo González. Centro de enseñanza media de donde salió entre otras la generación de la "Promoción del 22". Bachilleres que luego emprendieron caminos dispares por todo el archipiélago y península, aportando a la sociedad apoyo político, médico, docente o literario. Para corroborarlo existe aún una placa en su frontal, que delata en sencillo homenaje su paso por las aulas.

Además de las últimas, en orden de prioridades figuran la rehabilitación del Templo Masónico, la antigua Escuela de Comercio -originalmente de Náutica- ; el cementerio de San Roque y San Rafael -en parte en ejecución- y el más reciente, cedido por el Gobierno de Canarias a nuestro Ayuntamiento, y que no es otro que el Palacio de Carta. Posible centro de interpretación de la Gesta del 25 de Julio y tal vez -aunque reserve mi opinión- más visible emplazamiento del histórico cañón "El Tigre", al que se le atribuye el disparo que mancó al almirante Horacio Nelson en su fracasado asalto a la Plaza Fuerte de Santa Cruz. De esto último únicamente nos quedan los cimientos del castillo principal, el de San Juan (castillo Negro), la torre semiderruida de San Andrés, la Casa de la Pólvora y los restos de Paso Alto y la batería de San Francisco.

Concluyo con una acción mucho más preferente para la ciudad, que supone una necesidad cultural y urbana para el parque Viera y Clavijo -antiguo colegio de las Asuncionistas-, un complejo neogótico que se ha degradado en extremo por la provisionalidad posterior de sus opciones de utilidad pública, que derivaron en oficinas administrativas en sus dependencias -incluso en módulos exteriores provisionales- o como aulas para la Tercera Edad; más el destruido teatro Pérez Minik y el retranqueo dado a sus instalaciones por la construcción anexa del Hotel Escuela.

Pese a la incertidumbre política del Gobierno nacional, son varias las actuaciones pendientes en el listado de preferencias de nuestro Consistorio y su equipo de gobierno, ahora en más armónica etapa de gestión consensuada ajena a intereses partidistas sustituidos por un mejor servicio a la ciudadanía, que necesita en todo momento estar rigurosamente gestionada e informada de la utilización y rentabilidad de los recursos públicos.

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