Dice la leyenda que hay un campo en Segunda División donde solo gana su propietario. Pasa el tiempo, prácticamente un año, y cada visitante abandona el inexpugnable feudo con una sensación de impotencia que se mezcla con la admiración que despierta el ambiente que se vive allí y la confianza con la que equipo y afición afrontan cada partido. Es Butarque, un recinto con aroma a Segunda B, capacidad para 8.000 espectadores, y que no ve ganar a un visitante desde el 14 de marzo de 2015. Fue el Sporting de Gijón el último que hizo morder el polvo allí al CD Leganés. Un solitario gol de Velasco en propia puerta dio el triunfo a los de Abelardo, que hoy están en Primera. "Ellos aprietan mucho allí y son un buen equipo", valoró entonces el preparador asturiano.

Desde entonces, 21 visitantes han pasado por el estadio situado en la Calle Arquitectura. Algunos han conseguido arrancar al menos un punto. Pero esos éxitos parciales han ido a menos con el inicio de la temporada 15-16. Pese a su mal arranque, el "Lega" acumula 9 victorias y 5 empates en 14 partidos como local, con 25 goles a favor y únicamente 8 en contra. Los cuatro últimos han resultado demoledores, con 12 puntos de 12 posibles y un balance en goles de 10-1. Hasta el anterior líder, el Deportivo Alavés, salió arrodillado de su visita al municipio del sur de Madrid. Claudicó (2-0) y cedió la primera plaza a su oponente. "Tiene una plantilla muy amplia y jugadores de mucho nivel. No ha perdido como local y no es una sorpresa que esté ahí arriba", dijo entonces Pepe Bordalás, técnico del cuadro vitoriano.

Los 32 puntos en casa logrados por la escuadra que dirige Asier Garitano tienen mucho que ver con ese liderato. Tanto como su condición de invicto. Un detalle que solo comparte en el fútbol profesional con el Barcelona, único de Primera que no ha perdido en su estadio. Pero los datos del "Lega" van más allá. En las últimas cuatro campañas ha perdido solo en seis ocasiones ostentando la condición de local.

Con estos registros, al Tenerife se le presenta un desafío enorme el próximo domingo. Justo cuando se cumplen 365 días sin que un visitante cante victoria en Butarque y se marche de allí con una sonrisa de oreja a oreja. "Será un partido de verdad, contra un equipo en racha, el más en forma del campeonato y con muchos recursos ofensivos", advertía el pasado lunes Raúl Cámara. "Claro que se puede ganar. Todo pasa por explotar nuestras virtudes y minimizar las del Leganés", decía Dani Hernández tratando de inyectar algo de esperanza pese a las bajas con las que contará José Luis Martí.

El caso es que en el vestuario blanquiazul existe la convicción de que lograr los tres puntos en Butarque es posible. Y que, de conseguirlo, el salto anímico sería enorme en un equipo que sigue sin recibir ese espaldarazo necesario para creer de verdad en su candidatura al "play-off".