Minuto 43 de partido. Héctor Verdés golpea Maxi Pérez dentro del área. Una patada a la altura del abdomen que derriba al delantero. No hay duda para Areces Franco, que señala los 11 metros. Vitolo se encamina hacia allí con el balón, lanza y bate a Javi Jiménez estableciendo el empate ante el Alcorcón. Fue el 17 de mayo de 2015 en el Heliodoro. Una fecha difícil de olvidar ahora que, 32 partidos después, el Tenerife no ha vuelto a lanzar un penalti.

El dato resulta demoledor porque pronto se cumplirán diez meses del último tiro de pena máxima blanquiazul. Pero más aún si se recurre al método comparativo. Porque el equipo que ahora dirige José Luis Martí es el único de toda la Segunda División A que no ha disfrutado de este privilegio en lo que va de Campeonato. La distancia con el más favorecido, el Numancia, resulta abismal. Son ocho los penaltis que ya han lanzado los sorianos. En la tabla, le sigue el Mirandés (7). A continuación, Mallorca y Albacete (6). En total, 81. Ninguno para los insulares. El asunto se agrava si se tienen en cuenta otros datos. Sin cambiar de categoría, el hecho contrasta con los penaltis en contra. Solo el Nástic, con ocho, ha recibido más castigos que los blanquiazules. Son siete los que le han lanzado a Dani Hernández, que detuvo uno en Elche, los mismos que al Córdoba y al Osasuna.

Ampliando el foco, resulta que los 20 equipos de Primera División han dispuesto al menos de un lanzamiento desde los 11 metros. Aunque lejos de los 14 que ha tenido el Barcelona, hay cuatro equipos con al menos un penalti a favor: Getafe, Levante, Deportivo y Real Sociedad.

Para encontrar un caso similar al del Tenerife hay que llegar hasta la Segunda División B. En ella, entre 80 equipos, hay uno al que tampoco le han decretado una pena máxima. Es el Espanyol B, que sí ha perdido varios encuentros por esta vía. El último de ellos, en Lleida. En el filial perico también se quejan de esta curiosa circunstancia que solo sufren dos de los 122 conjuntos que militan en las tres principales categorías del fútbol español. Una coincidencia que ya hace pensar mal a sus dos aficiones.