El grupo tinerfeño Chôro Chobulé son nueve músicos que aprecian el choro brasileño, una música popular e instrumental del país carioca a la que respetan sus bases rítmicas y su espíritu de improvisación, pero a la que han añadido su toque personal. El pasado viernes, 11 de marzo, presentaron en el Aguere Espacio Cultural de La Laguna su primer CD, "Chobulé", un aperitivo de cinco temas con una duración de unos treinta minutos que suponen un avance de su próximo disco.

Miguel Manescau, uno de los fundadores de la formación, defendió la idea de que ellos respetan la estructura del choro, pero precisó que "primero empezamos rindiendo un poco de tributo a la música tradicional brasileña, haciendo estándares muy conocidos, pero lo que se grabó en el disco, sobre todo, son composiciones nuestras, de Juani, que se dedicó a hacer choro canario básicamente. Se cumple la estructura de este género, pero está hecho aquí, se puede llamar choro canario".

El grupo, que propone sonidos y ritmos alegres, con un color propio, está formado por Juani Cantero (flauta, melódica y piccolo), Gustavo Gamaza (saxo soprano), Conchi Cantero (clarinete), Miguel Manescau (cavaquinho), Jonás García (guitarra), Beatriz Alonso (voz y percusión), Roberto Domínguez (bajo), Luis Suárez (percusión) y Jonathan Olivares (percusión).

Manescau no quiere hablar de renovar, pero sí reconoce que casualmente han introducido en la formación el saxo y el bajo eléctrico, dos instrumentos que nunca han estado dentro del choro, pero puntualizó que "es así como empezó la formación y lo que intentamos es adaptarlo un poco a la banda que teníamos, no ceñirnos tanto a la parte tradicional del choro".

El espíritu de la improvisación sí que está presente en su música. "Todos los instrumentos tienen sus ruedas de solos, aunque la mayoría de las melodías están más basadas en la base del metal, pero hay cabida para todos. Hay solos de metal, de guitarra, de cavaquinho, de bajo. La parte de improvisación se intenta respetar bastante también".

"Chobulé", título del disco y de la formación surgida de la unión de las primeras sílabas de los nombres de los tres perros que los acompañan en todos los ensayos (Chocolate, Bubú y Leire), suena a un cóctel de samba, bossa, jazz..., motivo por el que resulta un poco complicado definir el estilo que practican.

"Es complicado, porque dentro de la raíz, que sí intentamos mantener, el tener tanto instrumento eléctrico le ha dado otro color, pero tampoco me gusta ponerle al lado el término fusión, porque no estamos fusionando demasiado, porque dentro de lo que cabe la base rítmica es la misma y la estructura melódica también. Más bien es como un choro personalizado. Lo respetamos mucho, pero siempre intentando darle un color lo más personal posible".

La edición de este disco ha respondido a su interés por difundir algo grabado entre sus seguidores y los nuevos que puedan surgir, aunque para después de Navidades esperan editar un registro con una docena de sus temas, que ya los tienen casi preparados.

Aunque Manescau no se atreve a definir el estilo de la banda sí aclaró que "intentamos darle un color festivo para que la gente se lo pase bien. No es buscar unas composiciones excesivamente rebuscadas ni unos arreglos excesivamente difíciles, sino armonías bonitas y simples dentro de esta música y con colores que sean agradables para que la gente pueda bailarlos y se lo pase bien al escucharlos".