Que las relaciones funcionales entre algunos organismos e instituciones públicas de Cataluña con las Fuerzas Armadas (FF.AA.) no pasan por un buen momento es obvio. De nada han servido los acercamientos de autoridades militares a algunas civiles, porque estas no han querido aceptar las buenas relaciones institucionales que deben existir entre ambas autoridades.

Efectivamente. Cuando alguna autoridad castrense, o sus representantes, vistiendo el uniforme militar, ha tenido que acudir institucionalmente, como manda la cortesía y el protocolo, a cualquier acto organizado por algún estamento civil en Cataluña, se ha tenido que enfrentar a miradas y comentarios hostiles, insultos y hasta abucheos, como ocurrió en la toma de posesión de Ada Colau como alcaldesa de Barcelona, y en la de Carlos Puigdemont, como presidente de la Generalidad de Cataluña. Y esto sucede porque los partidos que apoyan o gobiernan en dichas instituciones no quieren al Ejército, por lo que no dejan pasar ninguna ocasión para demostrarlo.

La última manifestación de rechazo a las FF.AA. la protagonizó la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, al "expulsar" del Salón de la Enseñanza a los representantes del Ministerio de Defensa que tenían instalado un "stand" en dicho recinto para informar y orientar a la juventud sobre las diversas propuestas de formación, empleo y sus salidas laborales.

Veamos. El Salón de la Enseñanza se constituyó por iniciativa del Gobierno de la Generalidad de Cataluña, correspondiendo a este organismo la organización del mismo y no al Ayuntamiento de Barcelona. El Ministerio de Defensa, desde el año 2008, tiene suscrito con la Generalidad un convenio para instalar en el mismo un "stand", por lo que la intervención de la alcaldesa oponiéndose a la participación de las FF.AA. es, cuando menos, inoportuna.

Me gustaría saber cuál o cuáles son las razones que esgrime el ayuntamiento barcelonés para rechazar la presencia militar en el certamen. ¿Acaso porque las FF.AA. garantizan la unidad de España? ¿O, tal vez, por su oposición a que el Ejército participe en actos institucionales o culturales en Cataluña? ¿No será, quizás, porque la presencia militar les hace recordar que Cataluña es parte de España? En todo caso, la alcaldesa Colau, con su sectaria actitud y forma de actuar, ha demostrado su falta de respeto y de educación a los representantes de Defensa, no haciendo honor a su cargo y representación.

El Salón de la Enseñanza tiene una finalidad educativa y formativa para orientar a los jóvenes que buscan una salida profesional en el seno de los ejércitos tras concluir sus estudios de ESO y Bachillerato.

La señora Colau desconoce el papel que corresponde a las FF.AA. en una sociedad democrática. Así, no es de extrañar su sectarismo al no reconocer con qué abnegación dedican su labor y hasta su vida nuestros soldados tanto en España como en otros países y zonas de todo el mundo, sin más estímulo que el deber cumplido. Por eso, no en vano, las FF.AA. siguen siendo, año tras año, la institución pública mejor valorada y apreciada por la ciudadanía española. Así, no es de extrañar que, con gran disgusto de la señora Colau, el "stand" de Defensa haya sido el más visitado y el que más aceptación ha tenido por todos los visitantes.

A las FF.AA. solo intentan desprestigiarlas quienes desconocen virtudes tan sublimes como las expresadas en el "stand" de Defensa del Salón de Barcelona: deber, lealtad, honor, honradez, solidaridad, abnegación, sacrificio, etc. Palabras huecas y sin contenido para los antimilitaristas porque ni su mente ni su corazón están capacitados para entenderlas.

Todas las profesiones y oficios son respetables cuando se ejercen con dignidad, pero ojalá todos sirvan a la patria con el amor y desinterés con que la sirven sus ejércitos.