"Ha llegado la hora de la solidaridad en el mundo de la empresa". La afirmación es rompedora y la pronuncia con convicción Juan Carlos Cubeiro, que es uno de los expertos españoles en liderazgo y gestión de los recursos humanos con mayor proyección internacional. Cubeiro es de los que aseguran que la crisis y los cambios a que nos obligan estos tiempos no son pasajeros, que estamos ante un cambio de era y eso supone transformaciones de calado profundo.

En un libro que escribió en 2012 ya hablaba del nacimiento de un inédito orden económico y social sustentado en el valor del talento, y que anuncia la evolución hacia un nuevo orden de cosas. "Del capitalismo al talentismo" lo tituló, para evidenciar ese progreso que observa tan claramente. Me llama la atención cómo se apoya en La Gioconda, el célebre cuadro, para buscar la analogía con este casi renacimiento de nuestra cultura (o sin casi). En una entrevista que publicó El País, el responsable del departamento de pintura italiana del XVI en el Museo del Louvre de París, Vincent Delieuvin, comentaba que La Gioconda parecía "una muerta" y que la pintura "está desapareciendo poco a poco". "Si no se hace algo -decía el técnico- la enferma empeorará". El caso es que la imagen "es gris, sin color", con "síntomas de fatiga", añadía. Al parecer, el retrato más famoso del mundo, obra de Leonardo da Vinci, ha ido acumulando porquería con el paso del tiempo y está afectado por la suciedad, por eso, ya no vemos los colores originales. Y por eso, también explica, "cuando la gente ve La Gioconda del Prado, tan limpia (tan luminosa) no se lo pueden creer".

De esta metáfora se sirve Juan Carlos Cubeiro para explicar cómo "va muriendo lo viejo y va naciendo lo nuevo", y cómo se hace necesario intervenir para sobrevivir. Eso nuevo es "la era del talentismo". Un mundo protagonizado por un desarrollo tecnológico sin precedentes y una globalización acelerada en el que, insiste este profesor de escuela de negocio, "el valor más importante ya no está en el capital, sino en el talento individual y el talento colectivo". Esa es, dice, "la nueva riqueza de las naciones". Lo sorprendente para mí ha sido descubrir la cualidad que Cubeiro apareja al talentismo: la solidaridad. Lo explica refiriéndose a los blogueros más famosos en internet, gente que aporta, que ayuda, personas generosas compartiendo lo que saben. Y cita el ejemplo de Google entre las compañías que logran triunfar con modelos de negocio gratuitos que al mismo tiempo son muy rentables. No es fácil, reconoce. Este modelo solidario está conviviendo con otro "más avaro, más mezquino", pero asegura con sólida rotundidad que "quienes se llevarán el gato al agua serán las personas generosas y las empresas solidarias".

A cuenta de este planteamiento, he vuelto a localizar las declaraciones de un científico alemán llamado Gerald Hüther, que ya en su momento retumbaron en mi cabeza. Según Hüther, neurobiólogo de la Universidad de Gotinga, en Alemania, "la competencia y la guerra han impulsado grandes innovaciones. Sin embargo, lo que nos mantiene unidos a la naturaleza y a los demás es el amor, pese a la competencia". Este investigador afirma que "estamos a punto de agotar nuestros propios recursos naturales" y la única perspectiva de supervivencia es "el compromiso en equipo y la creatividad participativa". La conversación con la periodista está recogida en la web de SINC, una agencia pública especializada en información sobre ciencia, tecnología e innovación en español.

Cubeiro habla de la evolución del talento, la generosidad y la solidaridad. Hüther, directamente del amor. Un especialista en "management" y un científico apuntando en la misma dirección. Para tomar nota, ¿no?

@rociocelisr

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