Toshiba admitió hoy que sus subsidiarias estadounidenses son investigadas por el Departamento de Justicia y la Comisión de Valores y Cambios del país norteamericano en relación con el fraude contable que salpicó recientemente a la empresa nipona.

Representantes de la corporación han detallado a la agencia Kyodo que estas compañías, incluida Westinghouse, han recibido solicitudes de estos dos organismos reclamando información sobre prácticas contables, aunque han rehusado ofrecer más detalles al respecto.

El pasado mes de noviembre el operador de la Bolsa de Tokio exigió datos a Toshiba sobre las cuentas de resultados de Westinghouse durante el ejercicio 2012.

A raíz de ello, la empresa tokiota admitió que los activos de Westinghouse se devaluaron en unos 1.300 millones de dólares (1.150 millones de euros) entre 2012 y 2013, algo que se no había reflejado en los balances del gigante de la energía nuclear, adquirido por el grupo nipón en 2006.

Este descubrimiento forma parte del fraude contable de Toshiba que se empezó a destapar en febrero del año pasado y por el que la empresa sobrestimó entre 2007 y 2014 sus ingresos por ventas en unos 230.600 millones de yenes (2.072 millones de dólares/1.833 millones de euros), según los últimos cálculos.

Afectada además por varias ramas deficitarias de negocio, la compañía se ha embarcado en un programa de reestructuración en virtud del cual recortará miles de empleos y ha acordado también la venta de sus unidades de equipos médicos y de electrodomésticos a la nipona Canon y a la china Midea, respectivamente.