Hay unas cuantas "antesalas" en la Semana Santa lagunera. El viacrucis, referencia de que los actos principales se aproximan; el pregón, antes del fin de semana de Pasión, y las primeras procesiones, en el V domingo de Cuaresma. Para los cofrades, o al menos para los que lo viven más intensamente, cada uno de esos actos supone que se acerca la Semana Mayor, los días centrales, en algunos casos esperados durante todo un año. El Viernes de Dolores, ya con la Dolorosa de la parroquia de La Concepción en la calle, es como si la cuenta atrás hubiese llegado a cero.

Ayer fue ese día. Y esa imagen, de la que se dice que se convirtió en la predilecta de su autor (de ahí que se la conozca como la Predilecta), el grancanario José Luján Pérez, recorrió las calles del centro histórico acompañada por la Cofradía del Rescate, de azul y negro, fundada en 1979. El frío, y hasta algunas gotas de agua, pusieron el resto para que el inicio de esta edición de la Semana Santa fuese de lo más lagunero.

Plaza de La Concepción, Ascanio y Nieves, San Agustín, Juan de Vera y Carrera. Y con la lluvia siempre amenazante. En esencia, ese fue el recorrido de la hermandad que más veces sale cada año en procesión, que ya desfiló el pasado domingo y que lo volvió a hacer ayer, en ambos casos con mucho futuro en forma de pequeños cofrades.

Y mientras eso ocurría en el centro, en la parroquia de La Paz y La Unión (La Cuesta), Juan Carlos Macías, religioso de Los Salesianos, leía el pregón de esta zona. Geográficamente más arriba y más abajo, la maquinaria ya está en marcha.

Hoy no habrá procesiones, pero desde mañana hasta el domingo siguiente se sucederán casi que una detrás de otra.