Casi medio millón de ciudadanos -452.359- reciben algún tipo de prestación social en Canarias, una comunidad en la que viven 2,1 millones de personas y que tiene una tasa de paro que roza el 27%. Los datos, que incluyen ayudas por desempleo, pensiones contributivas, no contributivas, y Prestación Canaria de Inserción (PCI), reflejan la situación socioeconómica de una región en la que la crisis ha hecho mella, pero donde la pobreza ya era un problema estructural mucho antes de que la burbuja inmobiliaria estallara.

Esta radiografía, expuesta esta semana por el Comisionado de Inclusión Social y Lucha contra la Pobreza en la Facultad de Derecho de la Universidad de La Laguna, con motivo del Día Mundial del Trabajo Social, invita a un reflexión sobre la necesidad y el efecto de las ayudas en la Comunidad Autónoma. No se trata de una deducción, sino de una propuesta planteada por Néstor Hernández, un hombre que se encarga de este comisionado y tiene la tarea de elaborar el nuevo plan contra la pobreza.

El responsable de este órgano de la Consejería de Políticas Sociales considera que ha llegado el momento de diseñar una estrategia que no atienda solo las necesidades más flagrantes de precariedad, sino que vaya mucho más allá y que, más que dar pescado, enseñe a pescar. El repetido mantra es una metáfora perfecta de lo que pretende hacer este comisionado renovando el plan contra la exclusión social que diseñó el anterior Ejecutivo para afrontar la crisis sobrevenida y que, a juzgar por sus palabras, se quedó corto. Abrir los comedores escolares en verano fue una idea oportuna para atender las graves carencias a las que se enfrentaron las familias al quedarse en desempleo y con una protección social exigua, pero faltó una previsión más compleja, que ahondara en esa miseria estructural que permite que, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), hoy haya menos personas en situación de pobreza que antes de la crisis, señaló.

Este cambio parece lejos de articularse. Según los datos recabados por el propio comisionado, el 90% de los empleos creados durante el último trimestre son temporales. A ello hay que añadir el desajuste que existe siempre entre los datos que muestra la Encuesta de Población Activa (EPA) y el Servicio Estatal Público de Empleo (SEPE). La primera habla de 297.070 parados y el segundo de 243.632. "Hay mucha gente que no se está apuntando a las listas de desempleo porque ha perdido la esperanza". Esa desazón, que ha derivado en una desesperanza absoluta, provoca que las estadísticas, a pesar de sus márgenes de error por el carácter de la muestra, estén retratando una realidad que no logran reflejar los registros oficiales.

La nueva estrategia contra la pobreza quiere partir de un diagnóstico exhaustivo de la situación. "En Canarias ni siquiera contamos con un censo de cuántas personas viven en la calle. Las cifras que manejan los ayuntamientos son las que tienen las ONG". Los cálculos del comisionado indican que hay algo más de 2.000 personas en el Archipiélago que se encuentran en esta situación.

El envejecimiento nos hará más dependientes

El comisionado alerta de que el ritmo de envejecimiento puede incrementar las cifras de personas que necesitan ayuda, lo que evidencia la exigencia de cambiar de modelo y apostar por la mejor política de inclusión social: la creación de empleo. Si no, "¿tendremos recursos suficientes para pagar todas estas ayudas, además de la educación y la sanidad?"

El PIB crece y la situación social es "dramática"

"Lo dijo un touroperador el otro día y tiene razón. No es razonable la situación social cuando estamos batiendo récords de llegada de turistas. Tampoco cuando el PIB crece", denunció. "No entiendo que no se traslade a la población".