Da iglesia de Santa Rosa de Lima del pueblo de Guamasa es un templo del que se ha hablado bastante, un debate surgido hace ya más de 15 años sobre el estado en el que se encuentra y las soluciones que se precisan para que los sufridos fieles puedan sentirse orgullosos de tener un punto de encuentro religioso que les llene de felicidad.

Y eso sucede a medias, porque la realidad es que la iglesia está necesitada de una mejora integral de sus espacios acompañada de una pequeña ampliación que satisfaga, sobre todo, las necesidades de los vecinos, que han visto que con el paso de los años estar dentro del inmueble, aunque suene algo raro, sea como un pequeño infierno. "Entre el cielo y el suelo, vamos".

Así lo dicen con cierta ironía las personas que a diario colaboran con el párroco Domingo Marrero. Ellas son, entre otras, Lola Bacallado, Gregoria Suárez y María Nieves García, que han puesto de relieve los problemas que sufren todos los días. "Uf, podemos hablar de muchas cosas, usted pregunte que le contestamos", se prestó Gregoria.

"Lo que pedimos es la rehabilitación total de la iglesia y su ampliación, porque se ha quedado pequeña. Obras porque puede ver cómo está todo de humedad. Hay tanta, que hace más frío dentro que fuera", explicó.

Lola, en la misma línea, no se quedó corta y señaló al techado del templo. "En estos momentos hay una malla, porque la caída de cascotes es continua, pero es la única forma de que a los niños no les caiga nada encima", dijo. Lo cierto es que en la actualidad hay dos mallas. Una verde de cuadrícula fina encima del altar y otra de mallado grueso en la nave central "que, la verdad, no sirve de nada".

Los días de lluvia las goteras son impresionantes y con cierta sorna, incluso, un día los feligreses y abrieron sus paraguas para escenificar su rechazo a la situación por la que atraviesan con una iglesia que "no reúne las condiciones para estar cerca de Dios cómodamente", señaló Lola.

A lo largo de la nave, los laterales también están prácticamente "comidos" por la humedad, un problema muy grave que se traslada a las imágenes y tallados que se encuentran en el interior. "Algunas de las figuras hasta pierden dedos", cuestión que pudo comprobar El DÍA en la visita.

Pero Nieves advierte de que no solo es esta parte del templo la que está afectada. Detrás está la sacristía, que se está cayendo a cachos. Tanto, que está apuntalada y parte del techo ha caído. Por zonas han quedado los hierros al aire. "Esta parte la verdad es que da miedo. Poco a poco se está cayendo el techo por efecto del agua y desde hace un tiempo hemos tenido que poner hasta cuatro puntales para evitar que se venga abajo. Para adecentar un poco la sacristía hemos forrado los puntales... Esto es increíble".

Lo cierto es que existe un proyecto de ampliación de la iglesia, una vez que hace algo más de 10 años se descartara tirar el templo. En este sentido, el ayuntamiento de La Laguna incluyó en el actual PGO vigente la actual iglesia para su construcción en unos terrenos que existen en la trasera que son de su propiedad. Esta modificación en el plan urbanístico ha supuesto que, teóricamente, la iglesia no exista. Algo curioso de explicar.

Una vez hechas las catas se constató que los cimientos de la iglesia Santa Rosa de Lima de Guamasa no estaban en mal estado, por lo que la opción de la mejora, restauración y ampliación es la mejor opción para el templo. Para ello existe un presupuesto, 450.000 euros, de los que casi la mitad serán cubiertos por las aportaciones y colectas que se han realizado por parte de la comunidad religiosa de Guamasa y de sus propios vecinos. Y todo ello con la figura del párroco al frente, Domingo Marrero.

Obras de ampliación

El cura de la iglesia Santa Rosa de Lima de Guamasa, Domingo Marrero, lleva 11 años al frente del inmueble y destacó la importancia de acometer la ampliación de la parroquia que conllevaría la reforma y mejora de todos sus espacios. La ampliación lateral del edificio es fundamental, así como en la parte de atrás, ya que con ello se daría respuesta a la demanda existente en el pueblo. "¿Una dificultad? Pues que la iglesia como tal no aparece en el actual Plan General de Ordenación (2004) por haberse previsto la construcción en el solar anexo. Cuando se decidió la hacer del edificio se hicieron catas y se comprobó que no iba a colapsar... Entonces se apostó por la ampliación, pero no está contemplada en el PGO", dijo entre risas e incredulidad. Quiso dejar claro que "la reforma está presupuestada en 450.000 euros, de los que casi la mitad ya están conseguidos por las donaciones vecinales", dijo para concluir.