Diez de la mañana de, para muchos, un domingo cualquiera en el casco lagunero. "¡Caaanta, Jerusaléeen!", se empieza a oír a través de un megáfono. Otra vez: "¡Caaanta, Jerusaléeen!", se sigue escuchando cuando la ciudad todavía no ha arrancado su actividad. Desde la parte baja de la calle de La Carrera empiezan a avanzar unos jóvenes con una cruz y unos ciriales; la Hermandad del Santísimo de la Catedral; la Cofradía de la Entrada en Jerusalén; el responsable de Liturgia del Cabildo Catedral y párroco de La Concepción, Jorge Fernández, quien entona el cántico con un micrófono; el obispo, Bernardo Álvarez, flanqueado por otros religiosos; la Junta de Hermandades; representantes de las cofradías; concejales; feligreses.

Todos portando hojas de palmera y ramas de olivo. Es la procesión solemne de Ramos, que sigue a la bendición realizada por el obispo en Las Catalinas. "¡Caaanta, Jerusaléeen!", continúa el desfile camino de la Catedral. Un peculiar despertar dominical. Representa la entrada de Jesús en Jerusalén, y para ello, cifra el presidente de la Junta de Hermandades, Pedro López, desde este colectivo repartieron un total de 800 palmitos de Elche.

Los "¡Cantaaa, Jerusaléeen!" llegan a su fin. Toca misa y lectura de la Pasión. También homilía, en la que Bernardo Álvarez realiza una elocuente comparación: dice que quienes recibieron a Jesús veían en él a alguien que les iba a resolver sus sufrimientos, "como la idea que hoy tenemos de un supermán". Es la previa de otra procesión, la de La Burrita, acompañada de su cofradía, cuyos miembros visten de hebreos. Los niños no son muchos, diez para ser más precisos. Cosas del frío y de que a las familias en ocasiones les cuesta participar, explica el hermano mayor, David Rodríguez. Tras el recorrido, y ya de vuelta a la Catedral, suenan las campanas. Símbolo de júbilo por la entrada de Jesucristo en Jerusalén; un Jerusalén en pequeño y con palmitos de Elche.

El Cristo Predicador, referencia en Santa Cruz

Centenares de personas participaron en las dos procesiones más relevantes de cuantas tuvieron lugar ayer en la capital tinerfeña, con motivo del Domingo de Ramos. Desde la parroquia de la Concepción, recorrió el corazón del Santa Cruz antiguo el Cristo Predicador, uno de los pasos propios señeros y característicos en la Semana Santa chicharrera. En San Francisco de Asís tuvo lugar la procesión con el paso la entrada de Jesús en Jerusalén, otra cita tradicional.