El barrio costero de El Pris, en Tacoronte, lleva más de 51 años reclamando la construcción de un refugio pesquero que garantice la seguridad de los trabajadores del mar. En febrero de 2015, Puertos Canarios, ente dependiente del Gobierno regional, anunció que invertiría 300.000 euros en la construcción de un dique de abrigo para proteger y mejorar la operatividad de la rampa de varada. Trece meses después, El Pris aún espera su refugio, pendiente del visto bueno de Costas a un sencillo estudio de impacto ambiental.

El alcalde de Tacoronte, Álvaro Dávila (CC), que en febrero de 2015 asistió a la presentación del proyecto en El Pris, detalla a EL DÍA que "Puertos Canarios envió en aquel momento el proyecto a Costas y entendían que, por el tamaño de la actuación -un pequeño dique de apenas 15 metros de longitud- no necesitaría una declaración de impacto ambiental. Costas del Estado sí pidió este estudio y el expediente se remitió a la Consejería de Medio Ambiente del Gobierno de Canarias, que tardó unos meses en elaborarlo".

"Una vez terminado ese estudio medioambiental, Puertos Canarios se lo remitió a Costas del Estado en febrero de este mismo año. Los técnicos esperan que la respuesta de Costas llegue en unos dos meses, por lo que la obra podría comenzar este verano", avanza Dávila.

La intención inicial de Puertos Canarios era iniciar y terminar la obra en 2015, entre abril y septiembre, que son los meses en los que se puede trabajar en la zona por las condiciones del mar. Ahora el objetivo es iniciar y terminar la obra en ese mismo periodo, pero del año 2016.

En noviembre de 2015, Puertos Canarios esperaba que el trámite no se alargara "mucho más en Costas" y que la declaración de impacto lograra el visto bueno "entre diciembre y enero de 2016". Ha pasado ya febrero, y casi marzo, y en la nueva previsión el visto bueno de Costas debería llegar en abril o mayo, justo a tiempo para poder iniciar las obras en junio o julio, y acabarlas antes de que el mar obligue a paralizar los trabajos en el mes de octubre.

Esta pequeña actuación es una demanda histórica que tendría un importante impacto en el sector pesquero local, ya que permitirá a los pescadores salir a trabajar entre 60 y 90 días más al año. "Esos dos o tres meses más para faenar supondría una gran mejora para el sector y también para los restaurantes que venden sus capturas en la comarca", destaca Dávila.

En la Cofradía de El Pris quedan alrededor de una veintena de profesionales de la pesca. Un colectivo en el que, tras muchos años de promesas incumplidas, casi nadie se hace ilusiones. En febrero de 2015, cuando se presentó este proyecto, que acumula ya varios meses de retraso, uno de los pescadores más veteranos recordó que en este asunto "lo importante es que al final se haga, porque aquí ya hemos visto traer las máquinas para hacer la obra y volvérselas a llevar sin hacer nada".

Por ahora, solo queda un trámite pendiente en Costas y de nuevo hay un horizonte temporal más o menos claro: si el refugio no se construye antes de septiembre de 2016, tocará esperar un año más.

El presupuesto es bajo: unos 300.000 euros. Y el plazo de ejecución de la obra, corto: de dos a tres meses. Parece algo sencillo, pero los pescadores de El Pris, después de medio siglo, no se lo van a creer cuando lo vean.