La amistad es un aire que distingue a José Luis Fajardo, el pintor. ¿Y qué es la amistad? La amistad no es sólo lo que sientes hacia una persona; desde mi punto de vista, es lo que desprende esa persona, que es lo que te acerca a ella. En el caso de José Luis Fajardo, eso que te acerca a él (que me acerca a él) es su capacidad para entender el tiempo del otro como una zona sagrada en la que no se puede intervenir sino con una delicadeza extraordinaria. Y eso es lo que lo distingue, la extraordinaria delicadeza para convertir el encuentro, casual o acordado, en una ocasión interesante, en la que él se interesa por lo que el otro hace y responde al interés ajeno cuando a él se le pregunta cómo está o qué hace. No te abruma con su historia, te ilustra sobre la historia. Y por eso da gusto quedar con él, hablar con él, escuchar sus historias, que no siempre tratan de él. Esa es su delicadeza, por eso da gusto encontrarlo.

Lo encontré este jueves santo, en medio del frío de Madrid; fue en la plaza de Alonso Martínez, fronteriza entre su casa y la mía, junto a una librería de viejo, acristalada, estupenda, donde hay libros elegidos con un buen gusto emocionante, pues se nota que una mano sabia los ha ido comprando para que el paseante no se atiborre de letra impresa sin interés alguno. Luego entramos en la cervecería que es emblema de la plaza; él pidió una cerveza de mediodía, y este interlocutor pidió un te verde: una gripe sin piedad celebraba conmigo el jueves santo, día del amor fraterno que inspiró hace años un cuento perfecto a Luis Alemany.

Habíamos quedado en el desierto de Madrid porque ha ocurrido algo excepcional en su historia: su hermano Julio Fajardo Sánchez, un gran escritor que durante años tuvo en lugar muy discreto esa maestría, ha escrito un libro sobre él. Los dos hermanos frente a frente, como dos gallos de pelea que se encuentran en el mismo bando, en la misma familia, en la misma alegría y en la misma memoria. El libro, que aparece en la excelente Biblioteca de Artistas Canarios que dirige Carlos Díaz Bertrana y edita la consejería de Cultura del Gobierno de Canarias, donde Aurelio González lleva la viceconsejería de Cultura, surgió de una conversación que tuvieron José Luis y Juan Manuel García Ramos en la calle lagunera. ¿Cómo es que no existe un libro sobre la obra de Fajardo en esa colección que ya lleva por el número 51? José Luis es uno de los artistas más importantes que ha tenido el arte de las islas en el último medio siglo, por su manera de hacer y por su modo de inventar, también por la generosidad amistosa para compartir sus conocimientos y sus encuentros con otros artistas canarios o de todas partes, por su manera de ejercer la amistad y también por su disposición a regalar lo que sabe y lo que tiene.

De esa conversación nació la idea del libro y de que lo hiciera precisamente Julio Fajardo, el hermano de José Luis. Novelista, autor de un formidable libro sobre La Laguna, folklorista, magnífico contador de historias, este Julio tan inteligente y tan amistoso ha mirado la obra de su hermano y la ha contado con una solvencia artística extraordinaria. Esa maestría que tiene para contar la ha usado ahora Julio por contar por dentro, y por fuera, la pulsión estética, que también es una pulsión moral, la expresión de un gusto particular, y de un disgusto también muy personal, por lo que vida da y por lo que la vida quita. Este libro se mira y se lee no sólo como la explicación de una obra de arte sino como una exposición de lo que significa la vida, y cómo contarla, de José Luis Fajardo. Encuentro muy acertado el encargo, y muy emocionante a la vez. Así se lo dije a José Luis antes de que me sirvieran el té y antes de que a él le trajeran la cerveza. Celebramos el libro, celebramos la amistad. Cuando ya íbamos a despedirnos apareció en el maldito móvil la tremenda noticia de que había muerto Johan Cruyff, y me tuve que ir. José Luis me acompañó con una metáfora sobre el realismo mágico de García Márquez, su amigo, y el fútbol del holandés. Con esa metáfora luego yo escribí una crónica. Y es que José Luis es un amigo que regala y te da desde metáforas a libros. Y este es muy especial. Es una alegría verle. Desde siempre.