Francisco Borges Salas (Santa Cruz de Tenerife, 1901-1994), maestro del arte moderno en Canarias, fue el autor de "Fecundidad", esa majestuosa escultura, conocida popularmente como "la gorda", que preside la fuente central del parque García Sanabria de Santa Cruz. Esta obra, que estuvo escondida en un almacén durante más de dos décadas porque algunas mentes acomplejadas la condenaron a ello por "inmoral", refleja la doctrina estética que profesó este completo artista que practicó con un alto nivel el dibujo, el grabado, la acuarela, el óleo, el pastel, la encáustica, el temple, además de la escultura en madera, escayola, bronce y piedra.

Este genio del arte en Canarias, al que todavía no se la ha reconocido como se merece, es objeto de un homenaje a través de una exposición que ha organizado Esculturas Bronzo en su sala de La Laguna, espacio en el que ha reunido una veintena de piezas, doce esculturas y doce grabados, que se podrán contemplar hasta el próximo 1 de abril, en las que se puede vislumbrar las obsesiones y los sentimientos que plasmó en su obra.

El espíritu abierto, libre y renovador que circulaba por sus venas fueron las claves que marcaron la vida artística de este creador, que fue maltratado por unas circunstancias injustas que le tocó padecer. Fue movilizado a filas por la guerra de Marruecos, realidad que interrumpió su carrera artística en Madrid, aunque cuando volvió participó en la Bienal de Venecia en 1935 con una obra suya de una cabeza de un campesino isleño.

Su biografía indica que también vivió en París en 1928, gracias al apoyo que le brindaron Eduardo Westerdahl y Francisco Bonnín. Dos años después regresó a Tenerife, donde le ofrecieron una plaza de profesor en la escuela de Arte y Oficios, que luego perdió al ser acusado de masón en 1938. Esa fecha también coincidió con la presentación de su obra "Fecundidad", en la fuente del García Sanabria, tachada de inmoral por las autoridades franquistas.

Aquel ambiente hostil le obligó a emigrar a Venezuela, junto a su hermano Miguel, en 1941. Allí vivió el periodo más extenso de su madurez artística, realizando pinturas, grabados, dibujos, esculturas y murales. Regresó a la isla en 1972 y se "encerró" a crear en el silencio de su hogar. Dos años antes de su muerte le concedieron la Medalla de Oro de Canarias y el título de Hijo Predilecto de Santa Cruz de Tenerife, además de ponerle su nombre a una sala en el centro de arte La Recova.

Borges Salas, primer escultor que rompió con la tradición de la imaginería religiosa en Canarias, reveló en una entrevista publicada en EL DÍA en el año 1992 que él ya se introdujo en el mundo de la plástica con cinco, cuando dibujaba en las paredes de su habitación junto a su hermano Miguel "un montón de cabezas y machanguitos hasta donde nos alcanzaban las manos. Yo pinto desde que tengo nariz", comentó en aquella época en la que se sentía bastante solo a nivel de amigos. "Te va desapareciendo la gente. Yo no tengo hoy en día ni un solo amigo de mi época, lo que se llama amigo de verdad".

También confesó que estaba arrepentido de haberse dedicado al arte, profesión en la que se consideraba uno del montón. "Me pareció un mundo ideal, la panacea. Usted cree que si yo hubiese tenido conciencia clara de mis cosas en esa época, yo me meto en ese tinglado, porque es una vida que además de idiota, está llena de vanidades y no tiene ningún porvenir. El arte siempre ha sido ingrato. Lo que pasa es que una vez estás dentro resulta difícil cambiar de profesión. ¿Y qué haces?", se preguntó.

El periodista y crítico de arte Eliseo Izquierdo, autor del trabajo "Notas históricas de Franscisco Borges Salas", aclaró que "es, acaso, el artista más completo de Canarias, puesto que tocó todas las teclas del arte plástico. Fue un excelente escultor, un excelente pintor, grabador... Fue un hombre preocupado por conocer a fondo todas las formas de expresión plástica y además las dominó de una manera espléndida".

Desde su punto de vista, Borges Salas demostró tener una enorme sensibilidad, una gran capacidad y una formación que rebasó la del artista normal en aquella época, para preocuparse del arte y de todo aquello que atraía su sensibilidad.

"Tenía un espíritu humanístico y es una lástima que siga sin apreciarse en su totalidad la calidad de su obra. La Guerra Civil fue para él como un tajo. Lo partió, porque las envidias en aquel tiempo, lamentablemente, hicieron que fuese acusado de masón y perseguido, motivos por los que tuvo que emigrar. Al cabo del tiempo volvió, pero desesperanzado, digamos destruido por aquel tiempo inmisericorde que le tocó en desgracia".

Borges Salas era un clásico que quiso ser un hombre de su tiempo, momento en la que aparecían nuevas formas de expresión artística que el asumió, pero también se interesó y se preocupó por todo el mundo clásico, aspectos presentes en su obra. De hecho fue el primero que se atrevió a hacer una escultura moderna. "A él le debemos los primeros desnudos, que a algunos les escandalizaron tanto que recluyeron la Fecundidad durante años en un sótano".

Izquierdo destacó que Borges fue también un gran grabador y consideró necesario la realización de una monografía sobre el artista chicharrero, que debería estar presente en la colección Biblioteca de Artistas Canarios (BAC).

"Creo que estaba previsto hacerlo, pero al final no se por qué no salió adelante. Lo que yo hice estuvo condicionado porque no había medios y tuve que hacerlo muy resumido. Lo que sí tengo claro es que para conocer a Borges habría que acudir a Venezuela, porque ahí hay una etapa de madurez vital en su obra que se pierde en aquel país".