Juan Miguel Rodríguez lo fue todo en la vida política de Tazacorte. Era el "2" del alcalde, Ángel Pablo Rodríguez, pero en realidad manejaba los hilos del ayuntamiento. Tenía fama de impetuoso, malhumorado, de fallar en las formas... Tras dos décadas de gestión, UB-CC (su partido) decidió de un plumazo dejarlo fuera de la lista en las pasadas elecciones, en un intento por recuperar adeptos. Pasó de ser casi el jefe a estar descartado por sus propios compañeros.

Su transito de político a vecino llegó de sopetón. Y ese recorrido que debería ser natural, todo el mundo no lo asume de la misma manera. Algo en el interior te convence de que el poder puede ser eterno. Juan Miguel se hizo ciudadano de a pie, uno más, y a partir de ese momento no ha dejado de sorprender que las ideas para favorecer a su municipio comenzaran a brotarle. Se resiste a ser un anónimo. Así, ha aprovechado una página web, denominada "el blog del puerto", para presentar en los últimos meses hasta siete iniciativas con 16 propuestas. Más que toda la oposición junta.

¿Temas novedosos? La verdad, no. Muchos de ellos, o todos, están vinculados a los problemas históricos de Tazacorte, los mismos que cuando gobernó durante 18 años sus conciudadanos ya decían que había que solucionar y para los que no hubo arreglo. La necesidad de adecentar la casa del maestro, el deterioro "eterno" del edificio donde se encontraba el antiguo cine, lo mismo con el almacén de Yanes o lo que pretendieron ser las piscinas en El Puerto, rebajar el impuesto sobre el incremento de valor de los terrenos de naturaleza urbana...

Como vecino también tiene derecho a opinar y aportar, pero en la propia página donde publica sus iniciativas no son pocos los bagañetes que le recuerdan su pasado: "Para el que no tiene nada, la política es una tentación comprensible", "¿Pero eso es de ahora? Claro, después de que tú te fuiste se deterioró (antiguo cine) más rápidamente..."; "Me parece realmente una autentica burla al pueblo de Tazacorte lo que está haciendo este señor" o "Está muy bien que haga examen de conciencia repasando el listado de todo lo que debería haber hecho cuando pudo y no lo hizo" son algunos de los decenas de comentarios sobre sus propuestas.

En realidad, Juan Miguel Rodríguez busca su espacio, a la vez que se aleja cada día más de los que fueron sus compañeros, al menos de la cúpula de UB-CC. Y quizás, quién sabe, maneje otras opciones para volver en tres años a la política municipal.