Solo tres intervenciones en la Liga en las once últimas jornadas, todas como suplente y las dos más recientes en los partidos con el Zaragoza y el Osasuna. Un argumento más que suficiente para sospechar que algo debía estar pasando con Cristo González, una de las promesas de la cantera del Tenerife y, entre otras cosas, autor de un espectacular gol el pasado 12 de diciembre en la visita del Mallorca al Rodríguez López.

El delantero, de 18 años de edad, tuvo ayer la oportunidad de exponer las razones de su irregular trayectoria con el primer equipo blanquiazul en el presente curso e incluso de desahogarse. Admitió que su actitud en los entrenamientos no siempre fue la correcta, aseguró que ya ha entrado en el camino adecuado y también se quejó de las opiniones vertidas en los medios de comunicación sobre su entorno. En clave futbolística, lamentó no tener ni continuidad ni una demarcación fija con Martí.

El atacante no se mostró "contento al completo". Por un lado expresó su satisfacción por ver que el Tenerife "puede pelear por un objetivo mayor" y por otro confesó que no está conforme con su situación personal. "Por suerte o por desgracia, el Tenerife no tiene un estilo fijo", opinó Cristo sobre la manera de Martí de guiar al equipo. "Nos amoldamos a lo que va viniendo, al rival que tenemos enfrente y, al final, no terminamos de encajar ni de tener un estilo fijo, pero hay que adaptarse a todo".

De todas formas, González afirmó que él puede poner de su parte, y mucho. De hecho, en las últimas semanas ha ido corrigiendo defectos relacionados con su carácter. "El míster intenta hablar conmigo y ayudarme. Sé que quiere lo mejor para mí, que mejore y que pelee por un puesto, pero también pienso que es cuestión de que me ha fallado la actitud", señaló pasando a la autocrítica. "Lo he ido corrigiendo gracias a los compañeros, a los capitanes", añadió Cristo, quien, no obstante, insistió en que su falta de minutos igualmente depende de "los partidos que se dan, del rival...". Al respecto, remarcó su convencimiento de que su función no está definida.

Profundizando en las consecuencias de su comportamiento, no ocultó que tiene un "carácter fuerte" y que ha cometido el error de pasar por alto las recomendaciones de los compañeros más veteranos. "La gente intenta ayudarme y llevarme por el camino de una actitud buena y que favorezca al equipo. No es que le falte el respeto a nadie con palabras, pero sí con gestos. Ellos intentan ayudarme y, a lo mejor, no acepto sus consejos. Pero llevo algunas semanas por el camino correcto y me lo han valorado".

El dorsal "26" compartió su certeza de que le ha "penalizado" la imagen que proyecta de ser una persona "con demasiado ego y prepotente". En suma, subrayó que la fe en sus posibilidades sigue siendo plena y agregó que no se rendirá en su deseo de triunfar. "Seguiré intentando ser el mejor y lo voy a conseguir".

Por último, aprovechó la ocasión para dirigirse a los medios de comunicación. "La prensa de aquí no ayuda demasiado. Hablan sin saber y dicen cosas que no son reales porque no tienen ni idea. Van creando un mal ambiente que no favorece en nada al futbolista, a la familia y al equipo", declaró antes de advertir de que le ha dolido que se relacionara su situación en el equipo tinerfeño con las personas que lo rodean, sin pertenecer al Tenerife. "Mi familia no es mala para que se vaya diciendo si tengo o no un mal entorno. Fui criado en una familia que siempre me inculcó respeto y por ahí me han marcado como alguien problemático", concluyó Cristo González.