"El viaje de su vida" es una campaña muy impactante con la que Unicef propone una reflexión sobre la situación de los refugiados en el mundo. Lo venía escuchando en el programa de Gemma Nierga de la Cadena Ser. Los periodistas contaban que el vídeo muestra las reacciones de clientes de un centro comercial a los que se les hace creer que les ha tocado un viaje para toda la familia. Un presentador comunica la "formidable" noticia y les cuenta los detalles de cómo será ese viaje.

"Por ser el cliente un millón, te vamos a obsequiar con un viaje para toda la familia con los gastos pagados: Grecia, Estambul, Viena... ¿Qué les parece?". En la radio reproducen el sonido de la grabación. "Es un viaje lleno de aventuras. -Lo mismo- parte del viaje lo tienen que hacer a pie para intentar cruzar la frontera de un país a otro", dice el presentador. "Es verdad que -lo mismo- tienen algún problema en alguna frontera, pero no hay de qué preocuparse porque pueden acampar un par de noches, hacer alguna fogata. Y no todo es a pie, hay una parte que lo pueden hacer en tren. Es verdad que -lo mismo- va un poquito lleno...".

Según explican los periodistas, mientras el animador hace el relato, las personas teóricamente premiadas van contemplando imágenes de refugiados junto a las fronteras, caminando por carreteras de tierra o hacinados en trenes. Y llama la atención -comentan los de la radio- cómo va cambiando la cara de los supuestos ganadores y se les va quedando "la sonrisa congelada en la boca".

Maite Pacheco es la directora de Sensibilización de Unicef en España a la que entrevistaron por esta campaña. Maite indicó que para buscar el enfoque organizaron un grupo de trabajo y se preguntaron cómo podían hacer para que titulares como que "un millón de refugiados llegan a Europa", o que "dos menores -de media al día- están muriendo en el Mediterráneo en lo que va de año", o que "doscientos cincuenta millones de niños y niñas viven en países afectados por violencia", no nos sigan "quedando lejos de la realidad. En cuatro minutos de vídeo tenemos que provocar esa emoción que nos haga ver lo que está sucediendo bien cerca y que nos abra los ojos".

Todas las reacciones de los "ganadores chafados" son espontáneas. Unicef afirma que no hay manipulación, no son actores. Son personas de la calle, adultos y menores, que cedieron no solo su imagen. Según Maite Pacheco, cedieron también "preciosos testimonios" que iremos conociendo, en los que afirman que "realmente ese día les cambió la vida", que hay "un antes y un después de la experiencia". Gente "contenta de haber sido partícipe de algo que cambie, de alguna manera, las mentes y corazones de la ciudadanía".

No hay nada como caer en la cuenta para provocar un cambio. Un reenfoque, una actitud distinta, una costumbre nueva..., tengo para mí que nada puede transformarse si no es el propio individuo quien, en su intimidad, toma conciencia. No sé qué es lo que desata finalmente ese "caer en la cuenta" o por qué alguien toma conciencia antes o después. Pero seguramente, como hace la campaña de Unicef, meterse en la piel ajena sea un camino irrefutable.

Ya he visto el vídeo. Y sí, las caras de los "ganadores desengañados" son las que describían en la radio. Esa cara que se nos queda cuando te puedes llegar a ver experimentando un horror semejante. Esa que refleja la sacudida de un escalofrío por el dolor que padecen otros. Esa que no nos deja indiferentes porque hemos caído en la cuenta. Esa que nos puede ayudar a cambiar porque hemos tomado conciencia.

@rociocelisr

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