Con pasaporte español ya en el bolsillo, este genio decidió que tras haberse cumplido quince años de estancia en nuestro país había llegado el momento de cambiar el ritmo y los acordes. Así, después de abandonar el foso, aquel lugar donde figuraba como violinista de orquesta, comenzó una etapa convertido en solista y compositor. Para festejar su nuevo estado grabó en el teatro Real de Madrid el disco que lleva por título "15", un trabajo que en octubre de 2015 le valió la nominación a los Latin Grammys al Mejor vídeo musical versión larga y con el que ha salido bajo el brazo de gira por España.

Ara Malikian (Beirut, 1968) ofrece mañana, sábado, en el teatro Circo de Marte de la capital palmera (20:30 horas), un concierto precedido de tal expectación que hace días el papel estaba agotado. El programa incluye una selección de sus mejores temas de los quince años, obras clásicas y versiones adaptadas, pero también algunas composiciones del artista al que acompañan Humberto Armas (viola), Jorge Guillén del Castillo (violín), Nantha Kumar (tablas indias), Tania Bernáez (contrabajo), Héctor el Turco (percusión) y Daniel Berona (violoncello).

Admite haber estado en las siete las Islas y reconoce que "un lugar de tanta belleza representa una fuente de inspiración para cualquier artista".

Esos siete años en el foso asegura que no le resultaron opresivos. "Aquella fue una época maravillosa", como tantas otras que "se deben experimentar". La parte pedagógica también la vivió con programas televisivos. "Estar en contacto con los niños resulta muy divertido y enriquecedor, pero todo tiene su momento".

Ahora, en compañía de su violín, va de aquí para allá despojando la música clásica de todo adorno y superando con sus maneras extravagantes y su forma de interpretar la rigidez de la ortodoxia. "Disfruto viajando y conociendo diferentes países y ciudades, estableciendo relaciones con personas de todo tipo". Pero si algo valora es, de unos años a esta parte, haber encontrado su punto de creatividad y el perfil del compositor que es.

"La música no hay que entenderla, sino sentirla", una máxima que este virtuoso pone siempre en práctica. "No me considero un entendido, tampoco un experto y ni siquiera un analista, pero cuando interpreto lo hago siempre pensando en el público", siempre su verdadera motivación.

Precisamente, el vivo y el directo lo entiende como "incomparable" y quizá por eso no extraña encontrarse con Malikian en un café, un programa de la televisión o un circo.

Y pese a su popularidad no encaja en el perfil de un embajador musical, un título que dice le suena "demasiado importante". En cualquier caso se define como un divulgador, "uno de tantos músicos de esos que van tocando por ahí".