El satélite japonés Astro-H, con el que el país perdió comunicación hace una semana, parece haber sido dañado por un fallo en el equipo y no por una colisión con basura espacial, como parecían indicar las hipótesis iniciales.

En los últimos días, tecnología estadounidense ha detectado objetos de hasta un metro de ancho flotando cerca del aparato japonés, que sugerían que el satélite había chocado con algo, pero la Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón (JAXA) cree que es muy probable que sean piezas del propio dispositivo que se han desprendido.

"Tras ser incapaz de estabilizarse, (el satélite) sufrió algún tipo de daño", explicó un miembro de JAXA durante una comparecencia el viernes recogida por la agencia local Kyodo.

Entre los fallos podrían incluirse una ruptura del tanque de helio que alberga los telescopios para observar rayos x que incorpora el satélite, una fuga de combustible en los motores de estabilización o un fallo de la batería, indicó la agencia nipona.

La JAXA podría tardar varios meses en recopilar datos suficientes sobre las condiciones del aparato para poder repararlo.

La comunicación con el Astro-H falló el pasado 26 de marzo a las 16.40 hora local (07.40 GMT), horas antes de que se desprendieran trozos del aparato.

La agencia japonesa todavía no ha sido capaz de restablecer la comunicación, pero ha recibido cuatro ráfagas incompletas de datos, lo que sugiere que algunas funciones del satélite todavía funcionan.

El Astro-H, de unos 14 metros de largo y unas 2,7 toneladas de peso, fue lanzado el 17 de febrero y es el satélite más pesado lanzado hasta ahora por Japón.

El dispositivo, fabricado por JAXA y la NASA estadounidense, y otras instituciones, tenía el objetivo de orbitar a unos 580 kilómetros de altura y para observar agujeros negros y agrupaciones galácticas distantes a través de sus detectores de rayos gamma y cuatro telescopios de rayos X.