En tres días actuará en el Búho Club de La Laguna con el aforo agotado. En formato acústico y junto a uno de sus compañeros en Funambulista, el murciano Diego Cantero vendrá acompañado por Alejandro Martínez. "Siempre es un placer regresar a un lugar en el que existe tanta sensibilidad hacia la música; un sitio en el que los cantautores no se sienten extraños", afirma en relación a una última visita que tuvo lugar hace algo más de un año.

En binomio y tirando de las canciones con las que Funambulista ha sobrevivido en los últimos cinco años. Ese será el motor de arranque de una velada en la que Cantero y Martínez mirarán a sus raíces. "Cuando pensamos esta propuesta nos planteamos reconocer cómo eran esos temas antes de ser producidos y arreglados... Es como si le quitáramos todas sus capas hasta desnudarlas en torno a una voz, una guitarra y un teclado", avanza en relación a una propuesta que exige de la participación de los asistentes.

"Lo bueno de estas actuaciones es el contacto que se crea con las personas que vienen a venos", agradece Cantero en una fase de la conversación telefónica en la que abre un punto de vista diferente al de los conciertos de gran formato. "Ahí no tienes tiempo de pensar que haces porque todos es mucho más mecánico y las canciones se van encadenando... No hay tanta libertad como la que se puede crear en espacios como en el que vamos a actuar este viernes", destacando que "a los 20 minutos de concierto el público decide qué es lo que quiere oír; ese vis a vis es realmente apasionante. Eso solo ocurre en ocasiones especiales".

Reconocer esos acordes originales es a juicio de Cantero una de las aventuras más apasionantes a las que se puede enfrentar un compositor. "El paso del tiempo, el éxito y la rapidez con la que hay que pensar lo que aún está por venir no te permite reflexionar sobre las motivaciones que condicionaron esas historias. Siempre es bueno tener una perspectiva diferente sobre la misma canción... Lo emocional domina siempre, acaba dominando este tipo de encuentros".

A pesar de ser el solista de una formación que ofrece más de un centenar de conciertos por año, Cantero asegura que no existen dos realidades entre la visión que habitualmente transmite Funambulista y la que mostrarán en Aguere. "Nunca me vi en la tesitura de tener que elegir entre un producto independiente y otro algo más comercial... No existe un chip que me permite cambiar de registro en función del lugar en el que se produce la actuación. Jamás tuve que decidir dejar una cosa por otra", sostiene en el tramo final de una entrevista en el que retoma el mundo de la composición. "Cuando escribo no pienso en si esa letra va a llegar a buen término o en una papelera, si acabará formando parte de un disco o el rendimiento comercial que pueda alcanzar. Esas cosas no pueden condicionar la creación, tampoco el hecho de que el público espere algo mejor de Funambulista. Lo que sí hago es cuidar todo el proceso para mostrar lo mejor del grupo".