Lejos de diversificar su tejido productivo, Canarias ha incrementado su dependencia del turismo durante los últimos años. La descrita como "primera industria" de las Islas bate récords y ha tirado de la economía para sobrellevar la crisis. Pero este buen momento del sector también ha encendido el debate sobre la necesidad de traducirlo en más y mejor empleo y, al mismo tiempo, ha puesto el foco sobre las situaciones laborales que se consideran más precarias.

Las camareras de piso son el colectivo que ha generado una mayor preocupación entre la sociedad y las instituciones. Las acusaciones de explotación laboral se han sucedido hasta derivar en pronunciamientos políticos -del Parlamento regional o el Cabildo de Tenerife, por ejemplo- y en una comisión de estudio impulsada por los hoteleros de la provincia. Pese a ello, el sector asegura que el cumplimiento de las condiciones fijadas en los convenios es la norma en las empresas y llega a referirse a estas denuncias públicas como un "bulo". En el otro extremo, los sindicatos se remiten a los testimonios de las propias empleadas y aseguran que la crisis económica y la reforma laboral del PP han supuesto un claro empeoramiento de su situación.

Gladys Medina, camarera de piso y delegada sindical, aporta los datos, aún provisionales, de una encuesta realizada por Comisiones Obreras: un 96% de las trabajadoras sufre dolencias como consecuencia de su actividad laboral, un 85% se medica por ello y a un 23% se les quita habitualmente días libres sin compensación.

Con este sondeo, CCOO pretende contrastar los resultados que arroje el estudio puesto en marcha por la patronal hotelera y extrahotelera de Santa Cruz de Tenerife (Ashotel), que Medina recibe como "un paso". Las causas de este malestar obedecen, a su juicio, a que a las camareras "se les obliga a hacer cada vez más tareas" y en una situación de creciente precariedad, con contratos "de cuatro o cinco horas". Sostiene, asimismo, que los estudios y controles ergonómicos y psicosociales que realizan las empresas "no emplean la metodología correcta".

En la página de Facebook "Las que limpian los hoteles", las propias camareras atestiguan los efectos de su labor profesional: "es tanto el agotamiento que hasta me cuesta levantarme para ir a trabajar", "tengo 40 años y no valgo de los dolores que tengo"... Para Medina es prueba suficiente de la gravedad de la situación. "Y si ha salido a la luz, es porque es verdad", añade Gladys Medina.

Como solución a los problemas, la representante de CCOO alude a las medidas incluidas en la moción de Podemos aprobada por el Cabildo de Tenerife: incremento de la plantilla de inspectores y de sus medios, un programa de seguridad laboral, estrechar la vigilancia de las cargas de trabajo y vincular la concesión de sellos de calidad a las "condiciones dignas de trabajo", entre otras.

Los empleadores no ponen en cuestión que la tarea de estas trabajadoras sea dura, pero destacan las mejoras que han experimentado a través de los convenios colectivos y de empresa y defienden el cumplimiento generalizado de estos acuerdos.

"No dan nombres ni los complejos en los que trabajan... absolutamente nada, y dicen que no se denuncia por el miedo al despido, cuando todo el mundo sabe que en las denuncias ante la Inspección de Trabajo rige la protección de datos", dice, sobre los pronunciamientos de algunos políticos, el presidente de la patronal hotelera y extrahotelera de Santa Cruz de Tenerife (Ashotel), Jorge Marichal. En cuanto a los sindicatos, afirma que no han presentado "ninguna notificación ni comunicación previa, ni siquiera cuando se negoció el convenio colectivo".

Tanto Marichal como su homólogo de Las Palmas, Fernando Fraile -presidente de la FEHT-, animan a los que "se han subido al carro de la demagogia" -en palabras del dirigente de Ashotel- a presentar denuncias ante la Inspección de Trabajo. "Si así lo hacen en lugar de generalizar, los acompañaremos", agrega Fraile.

Las patronales consideran que muchas de las medidas que se reclaman ya son aplicadas. Así, Marichal recuerda que el convenio colectivo de la provincia occidental prohíbe la subcontratación -el de Las Palmas lo permite, pero asigna a los trabajadores de las empresas externas las mismas condiciones de las que disfrutan los de los hoteles-, señala que muchas empresas evalúan el ambiente laboral en sus instalaciones -Ashotel ultima un acuerdo con una empresa para generalizar esta labor-, insiste en que las cargas de trabajo están reguladas y aclara que los "puntos críticos" de la salud en el trabajo son analizados por las empresas para "minimizar riesgos".

Fernando Fraile se muestra indignado con el pronunciamiento del Parlamento. "No tienen ni idea", dice. El presidente de la FEHT garantiza que la mayoría de los asociados "cumple con el convenio, que no contempla ninguna irregularidad y regula aspectos como los salarios -que rondan los 20.000 euros anuales, apunta-, la formación y el establecimiento de categorías.

La prejubilación, una opción compartida

El presidente de los hoteleros de Las Palmas, Fernando Fraile, admite lo arduo del trabajo que desempeñan las camareras de piso y propone, en coincidencia con los sindicatos y la moción de Podemos, que a una determinada edad, y con unos determinados años de servicio, se puedan prejubilar. "Una mujer de 60 años con 30 en el oficio no puede hacer el trabajo sin irse a casa con dolores de espalda o cervicales, aunque se le reduzca el número de habitaciones", constata.

Más inspectores para el Archipiélago

La Consejería de Empleo del Gobierno canario ya ha recibido el visto bueno del Estado a su anunciado plan contra la explotación laboral. La plantilla de inspectores de las Islas incorporará más de cuarenta nuevos efectivos en dos oleadas temporales aún por definir. Este instrumento toma como modelo el desarrollado en las Islas Baleares, que permitió detectar unas 4.000 situaciones laborales que no se ajustaban a los contratos y convenios.