Habla sin tapujos. Censura hipocresías propias y ajenas, manejos políticos y complejos canarios de inferioridad. La nueva presidenta de la Asociación de Agricultores y Ganaderos (Asaga), Ángela Delgado, cree en los que vienen de abajo y ella es un buen ejemplo. Para los despistados, advierte de que si Francia logra sacar a Canarias de las Regiones Ultraperiféricas, "morirán el plátano y las ayudas del Posei". Quien avisa...

¿Cómo afronta su nuevo cargo?

Con ilusión. A pesar de que llevo 23 años de vicepresidenta, esto es un nuevo reto. Vengo de un subsector que no es el tradicional platanero, pues he sido papera y viticultora y, por tanto, tengo una idea general de la agricultura...

De los subsectores más débiles...

Sí, de los más pobres...

¿Esa es una ventaja inédita?

No lo sé, pero hay que empezar por debajo en todos los sitios: plantando papas para saber cómo es ese subsector o amarrando tomates para conocer ese mundo. He cubierto todas esas etapas y he tenido casi todos los cultivos, hasta hierbas aromáticas hace 22 años.

¿Que sea la primera mujer presidenta significa algo especial?

No le doy importancia; presido hace 23 años la cooperativa de San Miguel y nunca me hicieron sentir mal, ni en Asaga ni en Coplaca.

¿No es un guiño a los tiempos y a las pocas mujeres directivas?

Pero fui vicepresidenta 23 años; no lo vinculo a eso, sino a haber estado siempre aquí, disponible.

¿Qué Asaga se encuentra y cuál es la que desea dejar?

Estoy muy orgullosa de pertenecer a Asaga porque aquí se sientan todos los subsectores, algo que no ocurre en otros foros. Aquí contamos nuestras penas, alegrías...

Pero ¿tiene carencias y problemas o goza de buena salud?

Tiene buena salud y mi afán es continuista. Siempre ha sido una mesa abierta, entre todos hemos buscado soluciones a pequeñas cuestiones y a grandes temas y la base es seguir con su democracia.

¿No se marca metas prioritarias?

Sí quiero hacer mucho hincapié en la formación. Tenemos que ir hacia un sector más formado.

¿Hay mala formación?

Hay mucha gente mayor, que han hecho un gran esfuerzo, pero tenemos pendiente el relevo generacional, y no es tan fácil.

¿Funcionan mal las escuelas agrícolas o no se atrae a los jóvenes?

No creo que funcionen mal, pero el campo tiene un inconveniente y un mérito: o lo quieres o lo odias. Nos ha faltado involucrar a la gente.

¿Es un problema cultural? ¿Se ha vuelto tanto al campo como se ha dicho en la crisis o es falso?

Se ha recuperado y se plantan más fincas. En mi cooperativa, hay 160 jóvenes, pero deben formarse más. No basta con heredar una finca y una forma de cultivo. Debemos ser más competitivos.

¿Y no fallan en la difusión, en explicar que aquí puede haber trabajo, ante el paro juvenil actual?

Quizás hay que hacer una labor de transmisión; quizás nos quedamos muchas veces en nuestro rollo diario y debemos salir a atraer.

Se recupera mucha platanera, pero ¿se da también en la medianía y en grandes producciones?

Se está recuperando el aguacate y, en la medianía, defendemos el asociacionismo de pequeños agricultores para afrontar grandes retos, como nosotros afrontamos el de suministrar a una gran superficie como Mercadona: lo conseguimos y somos 800 agricultores. Hacemos falta todos ante un desafío tan grande, por ejemplo, para tener papas en todas las etapas del año.

En general, ¿cómo ve la salud del campo canario?

Soy optimista por naturaleza. Tenemos grandes retos y enemigos.

Como Francia, que quiere cambiar el estatus de las regiones ultraperiféricas, ¿le da miedo esto?

Siempre he dicho que, en Europa, cualquier frente que se abre hay que atenderlo. Si nos quieren sacar de las ultraperiféricas, hay que estar ahí, pendiente de todos los frentes para que no suceda.

¿Y se podrá evitar con la situación política que hay en España?

Es algo que debe acometer y dirigir el sector, y los políticos deben estar a la altura del desafío.

¿Existe riesgo real de perder el Posei o que se debilite mucho?

Se sabe cómo es Europa: sale una pequeña cosa y, si no le haces caso, acaba convirtiéndose en un frente.

¿Sería la muerte del campo?

En el plátano y las ayudas del Posei, sí. Siempre decimos que no son ayudas, sino compensaciones a la lejanía y a ser 7 islas. Eso seguirá así, aunque tengamos más nivel de vida. Nuestras producciones tendrán un sobrecoste que no tienen las de Almería o Cádiz.

¿La agricultura canaria no tiene opción si no es subvencionada?

En el mercado actual, no, pues en Europa entran productos de terceros países en mejores condiciones que los europeos. Exijo que lo que entre lo haga con un sello de que quien lo produce contribuye a la seguridad social, trata a los trabajadores como nosotros y con las condiciones de vida de aquí...

¿Pero es una exigencia realista o un grito en el desierto?

Es una opinión contrapuesta a los quieren un mercado libre, que es imposible en estas condiciones porque, si no, nos cargamos la agricultura europea. Si le abrimos la puerta a cualquier producto de Sudamérica o África, que está empezando a sembrar y tiene un potencial infinito, moriremos...

Pero, con perspectiva global, esos continentes tienen derecho al desarrollo: ¿cómo equilibrar esto?

Yo también quiero que se desarrollen, pero que tengan las mismas condiciones que mis trabajadores. Lo que no queremos es competir con empresas con esclavos. Que el campo del mundo, que esas multinacionales que traen plátanos, tengan las mismas obligaciones y normas que nosotros...

Ya que es optimista, ¿esas exigencias han hecho a nuestros productos mejores que hace 20 años?

Tenemos productos más saludables. Es mucho mejor tomar productos con trazabilidad; comer papas con 3 técnicos detrás que ven qué les ponen, por ejemplo.

Pero, ¿hemos ido a mejor en todo o retrocedido en algún producto?

A mejor en parte y a peor en plagas. Esto es un paraíso para todo bicho o enfermedad que entre...

¿Falta control?

Falta control por todas partes.

¿Por falta de conciencia política?

Por falta de concienciación del más alto al más bajo: el de la aduana que deja pasar una maleta con un kilo de papas, como pasa ahora y se plantan papas francesas violetas; eso es una ignorancia muy grande. O las traídas de Sudamérica, por lo que tenemos la polilla guatemalteca, la mayor de las plagas.

¿Hemos mejorado en estas décadas en calidad de trabajo?

Tendemos a la mecanización porque es más fácil para el agricultor y logramos mayor acceso al campo porque la juventud no quiere estar todo el día. Se bajan costes, pero también se hace más atractivo para el joven, que ve que casi lo puedes hacer tú solo.

¿Es vital que entre el REF en la Constitución, sea con el gobierno que sea, dada la situación actual?

Es clave.

Pues el PP dice que no hace falta, que ya casi está reconocido...

Es una herramienta muy importante y que haya estabilidad es clave para cualquier sector...

¿Qué ocurrirá: elecciones?

No sé, parece que sí, aunque tampoco puede ser la solución...

¿Cómo lo está haciendo el Gobierno regional en este ámbito?

Al menos, está muy receptivo.

¿Ha habido un cambio?

Siempre ha sido receptivo, pero lo noto un poco más ahora; hay un viceconsejero que es del Sur...

¿Las reuniones para acercar el sector primario a los hoteles están dando fruto o aún no?

Ese es un trabajo que hay que hacer constantemente. No es una cuestión de sacarse una foto.

¿Teme que se limite a eso?

Creo que deben dar más pasos.

¿No se han reunido más?

No sé si Henry (el anterior presidente), pero yo aún no.

¿Por qué no se introdujo antes el producto canario en el turismo?

Eso es una cultura que debemos implantar y no es cuestión de 1 día, 2 o un año, sino de hacerles ver a los políticos que en cada acto debe haber productos canarios, no vino o agua peninsular si tenemos tantas embotelladoras. No ha de ser solo un efecto óptico; debemos aprender a pedir, como hacen otras regiones, y ofrecer lo nuestro.

Lo curioso es que las cadenas con hoteles de 5 estrellas sí los tienen, y las de menos, no: ¿es tan difícil convencer a estas otras?

Hay productos canarios para cualquier cadena. Tenemos vinos a granel fantásticos; ¿que son más caros que los peninsulares? Siempre seremos más caros, pero debemos vender. Soy partidaria de poner un cartelón en el aeropuerto de "Amigo visitante, no te vayas sin probar un vino canario".

La ley del suelo se presenta como ideal para acabar con burocracias, pero, sobre todo, para apoyar su sector: ¿es así? ¿La han analizado a fondo, han participado mucho?

La hemos analizado y seguimos haciéndolo, recibimos alegaciones de otros subsectores y creemos que es muy buena en muchos sentidos porque la anterior era muy mala, horrorosa, muy limitante.

Pero, ¿desatascará tantas granjas, tantos proyectos del sector?

Se podrá desbloquear y pongo ejemplos: ahora no podemos levantar un muro si se te cae una pared, hay que pedir permiso y presentar un proyecto. En medianía, la cosa es peor, pues tenemos el problema de que, por ejemplo, te dan una calificación territorial y el estanque te lo ponen en la parte más baja de la finca. Hay que poner cordura y sentido común en las administraciones. Esto nos va a ayudar a, al menos, desbloquear cosas porque no se pedirá permiso.

¿Y no teme que tanta potestad de los ayuntamientos devuelva algunos impulsos desarrollistas?

Ya paré el PGO de San Miguel porque, al ir como cooperativa a ver la calificación del suelo, el arquitecto había puesto la zona agrícola en un barrio que ya no tenía actividad agraria en gran parte y la que aún existía desde hacía 50 años la puso como reserva forestal.

¿Cómo puede redactar un plan alguien con ese desconocimiento?

Salvo que fuera un intento de que toda esa zona agrícola se vendiese por partes para hacer cuartos de aperos o chalés. Es lo que se me ocurre a primera vista.

Pues, por eso, ¿no teme que haya atrocidades al depender ahora mucho de los ayuntamientos?

Pero es que eso ocurre ahora. El modelo actual ha permitido todos esos chalés en suelo rústico que luego van a echar al de la granja porque hay mal olor o porque usas tratamientos fitosanitarios cuando, en realidad, ellos son los ilegales...

También había ayuntamientos desclasificando suelo porque no se desarrollaría tanto exceso...

No se puede decir que no hay riesgos, sería un brindis al sol, pues la picaresca es parte de nuestra cultura, pero, al menos, debemos desbloquear para el 80 o 90% del sector, que está pidiendo un cambio porque ahora no puedes dejar un cuarto: no puedes hacer nada...

¿En qué se pueden diversificar los productos canarios y ganar mercado interior y exterior?

Defiendo a muerte lo que hacemos. Todo lo que produzcamos es más caro, hay escasez de agua...

¿Tenemos muchos riesgos con el agua y el cambio climático?

Sí, sobre todo por la falta de disponibilidad en la parte alta, que se está quedando sin agua...

Pues este año ha habido más nieve que en mucho tiempo...

Pero por la parte norte; en el sur no ha llovido más desde octubre...

Se incumplió el convenio, pero ¿falta política regional de aguas?

Falta un poco de todo, pues vamos hacia un cambio climático y se necesita actuar con antelación, ya que no se crean presas en 3 días.

¿Necesitamos más presas o, más bien, depurar y desalar?

Necesitamos un poco de todo, porque a las partes altas no llegarán las desaladoras o depuradoras. Hay que traer sentido común...

La desalinizadora de Icod se hizo en zona alta y lleva parada 10 años.

A veces se paran al no tener viabilidad; los pozos de Guía también se pararon. Los agricultores necesitamos agua asequible; a lo mejor los turistas pueden pagar una más cara, pero la agricultura no, y competimos por la misma agua. Se necesita sentido común en la distribución del agua.

Volviendo a los productos, ¿por qué no cree en diversificar?

Es que, si un agricultor pierde su actividad o se arruina, es muy difícil que vuelva a otra experiencia agrícola. Debemos procurar que los subsectores sobrevivan...

Ya, pero nos ha pasado lo que nos ha pasado con el tomate...

Sí, pero, si la sentencia que vino ahora hubiera llegado antes, quizás no se habría destruido.

¿No se puede recuperar?

Sí, hay muchas opciones, incluso en el mercado interior, que no acometemos. Importamos mucho producto por no comercializar, otra asignatura pendiente. Pero para afrontar esto en grandes superficies, que es lo que el modelo da, ya que el 80% del consumidor lo decidió así, el campo debe girar.

¿Y está preparado?

Por eso hablo de preparación y de que el joven tenga otra visión de la agricultura. Ojo, no estoy en contra de la tradicional y, en papas, somos muy tradicionales, pero debemos levantar la mirada.

¿Hay que mejorar los canales de comercialización?

Ir a la comercialización directa y mejorar las certificaciones, hacer labores agroambientales, poner menos venenos...

Se supone que avanzábamos en agricultura ecológica: ¿es falso?

Tenemos cierta... a ver cómo lo digo sin ofender, cierta hipocresía con los productos ecológicos. Todos somos muy verdes y, luego, tenemos un producto ecológico delante y no lo pagamos...

Porque suele ser más caro...

Sí. La cooperativa de San Miguel es el primer productor de vino ecológico de Canarias y hemos tenido que vender vino a granel porque no tiene salida, y el nuestro no es más caro que el tradicional al tener menos tratamientos por proceder de Vilaflor (altos de Trevejo) y controlar las plagas por el frío. Detecto hipocresía, en la que me incluyo...

En la sociedad en general...

Sí, somos de mente muy verde, pero, en la práctica, no.

Es la batalla del consumidor del día a día, del que mira el bolsillo...

Sí, pero se puede comer barato aquí si hay producción local, que es la que siempre ha regulado los precios de la importación.

¿Sigue habiendo mucho excedente que se pierde?

Lo hay por falta de planificación, pero en papas gratificamos a los que producen en meses no habituales. Cuando no hay, las importamos, sobre todo de Gran Bretaña o Israel en abril, para no perder a cadenas como Mercadona.

"Desde la política se ha fomentado la lucha de subsectores"

Delgado también se ha dedicado a la platanera y elogia de este subsector haber "mirado lejos, aunque ahora tengamos una guerra dentro y sea pesimista. De todos modos, no fomentaré las luchas entre subsectores, algo que sí se ha hecho desde la política para dividir las islas. Entiendo que el dinero de los ganaderos, paperos o viticultores no está en la bolsa de los plataneros. Si pudiésemos ser 400 asociaciones de productores de plátanos, lo seríamos. No somos capaces de unificarnos y el enemigo está fuera. En todo debemos tender a la concentración. Los grandes clientes no quieren los productores pequeños. Si vamos juntos, tendremos grandes oportunidades. Yo he perseguido el fraude continuamente; el que planta es el que debe recibir las ayudas y he denunciado papas de papel, como se puede denunciar cabras de papel... Hay mucha hipocresía. A todos se nos llena la boca con el sector, pero hay que hacerlo productivo, no tener ayudas para mantener verde el campo, sino para hacer producciones dignas y rentables. Si eso pasa por quitar a los intermediarios, pues se quitan. Nosotros hemos hecho ese cambio y antes de quitarles el dinero a los plataneros, hay que mirar qué se hace bien o mal. Falta altura también con las denominaciones de origen del vino, que sería mejor cuantas menos hubiera. Soy una defensora a ultranza de la unidad y las cooperativas. Somos cuatro gatos, en siete islas pequeñitas: el enemigo está fuera y pasa también con la carne que viene de terceros países". Preguntada, ante esto, por qué haría de ser consejera de Agricultura, y aunque al principio titubea, dice que pondría "cordura en el campo y facilitaría la comercialización directa, la inversión, las ayudas y la fiscalización, que se vigile con lupa y que cobre el que realmente produce, aparte de difundir la cultura de lo nuestro. No sé si por la conquista, pero tenemos el complejo de pensar que todo lo de fuera es mejor, cuando aquí vienen 9 millones de turistas por lo que tenemos".