A las generaciones de españoles a los que el Estado nos robó año y medio de vida en la mili -porque no teníamos enchufes en el régimen para escapar- nos daban decenas de sabios consejos antes del trance. El mejor que recuerdo es uno de mi padre: "Si piden voluntarios que sepan música no se te ocurra dar un paso al frente. Será para cargar el piano de la esposa de un general".

Durante los días posteriores al derrape verbal de José Manuel Soria, los medios de comunicación buscaron voluntarios en el PP de Canarias para dar la cara y hablar de "los papeles de Panamá" y de la difícil situación en la que se ha colocado el presidente de los populares canarios y ministro de Industria. Pero debe ser que todos los altos cargos hicieron la mili porque nadie se ponía al teléfono, nadie quería hablar y los pocos que contestaban las llamadas te decían directamente que no iban a dar declaraciones "ni de coña".

La dirigencia del PP en Canarias estaba desaparecida en combate. Pero si hipotéticamente hubiera logrado hablar con alguien, por ejemplo un cargo público, probablemente me hubiera dicho ''off the record'' algo así:

-"Es normal que no queramos hablar. Nadie nos ha contado nada pero por lo que se ve pinta muy feo. Los que le defendieron desde el primer día han quedado fatal y ahora se callan. Si sales a criticarlo te la juegas porque si sobrevive a esta no te lo va a perdonar. Así que lo mejor es callarse la boca. Y si algún día pide explicaciones por el silencio siempre le podrás decir que nadie se molestó en informarnos en Canarias".

Entonces le habría preguntado a ese imaginado cargo del PP por qué no salieron a defenderle contundentemente Asier Antona o Manuel Domínguez, a pesar de ser los máximos responsables del partido en las islas. Y tal vez me habría dicho algo así:

-"Asier está haciendo de palmero. Se acuerda de la que le hizo José Manuel (Soria) con las candidaturas en las elecciones. Ahora con el silencio se la está devolviendo. ¿Y Manuel Domínguez? A lo suyo. Lo que valora es su carrera política. Defender al jefe es un peligro porque el caso tiene mala pinta. Pero no se siente capaz de criticarle. Así que por eso no da la cara".

La cantidad de excusas que se manejaron para no comparecer en los medios fue realmente imaginativa. Un distinguido miembro del PP tinerfeño, viejo aliado de Soria al que apartaron del primer plano del partido con una palmadita en la espalda, eludió aparecer en la radio diciéndole a una compañera que por la mañana tenía que llevar a su nieta al colegio; un tarea sin duda mucho más importante --sin ironía-- que defender al ministro y presidente del partido que pasa por sus horas más bajas. Nadie da un paso frente por si acaso terminan cargando el piano. Sic transit gloria mundi. Así es que se pasa de la gloria al infierno: cuando incluso los tuyos se callan.