La Asociación de Vecinos 7 Islas había sido el único colectivo del distrito Suroeste en posicionarse públicamente a favor del proyecto de ampliación de la línea 2 del tranvía, tal y como está diseñado. Es decir, a través de la avenida de los Majuelos. Eso había enfrentado a sus dirigentes con el tejido comercial de La Gallega, frontalmente opuesto al trazado por allí y defensor de la alternativa de Las Hespérides. La división se palpó ayer en una abarrotada -casi 300 personas- sede del colectivo de El Sobradillo, con una amplia mayoría del grupo opositor. Andrés Muñoz, gerente de Metropolitano, presentó el "anteproyecto". Y lo pasó mal en algún momento.

A duras penas, entre aplausos cargados de ironía, risas e interrupciones a gritos, Muñoz desglosó un detallado estudio desarrollado "a pie de calle" el pasado mes de marzo parta explicar todo lo bueno que tiene el sistema de transporte por el que apuesta el Cabildo, con cuatro paradas y 2,5 kilómetros de nuevo trazado de Tíncer a La Gallega.

Pero no convencieron al auditorio los argumentos expuestos por Muñoz. Ninguno. Ni que en Los Majuelos haya más población que en Las Hespérides. Ni que vayan a sobrar aparcamientos y se mantendrán árboles y rambla central. Ni los plazos para tener la obra acabada en 2019. Ni la creación de 156 empleos. Ni el tiempo de recorrido. Ni el ejemplo de la avenida de los Príncipes de Ofra. Y mucho menos el análisis del tejido comercial en la zona y su comparación con calles como San Sebastián o Méndez Núñez. Nada, pese al intento de Muñoz a veces, incluso, con problemas para dejarse oír. A todo se opuso la mayoría, cuyos portavoces hablaron de estadísticas manipuladas o afán económico "para tener más clientes". Sin olvidar algo recurrente en el Suroeste: "Lo primero es mejorar el servicio de guaguas".

El debate tras este accidentado prólogo fue corto e intenso. Intervinieron sobre todo esos empresarios que ven peligrar sus negocios con "la supresión de aparcamientos" y tienen como referencias negativas "la Rambla de Pulido o Taco".

Los llegados desde La Gallega, sobre todo comerciantes -portaban una pegatina con el lema "En la avenida los Majuelos, no queremos el tranvía"-, y muchos vecinos de El Sobradillo estuvieron al frente de un pequeño grupo, encabezado por la miembros de la directiva de 7 Islas, que intentaron llevar la reunión a los cauces de una presentación "técnica y no política" para "disipar las dudas sobre este proyecto de gran importancia para nuestros barrios".

Desde la mesa acabaron cortando el sonido ante las pocas dudas de los que, apenas una hora después de comenzar el acto, se marcharon en medio de un grito unánime y ensordecedor: "No al tranvía".