La crisis abierta en el PP canario tras la dimisión de José Manuel Soria de todos sus cargos, por mucho que se intente relativizar y minimizar, resulta palpable a poco que se hable con varios dirigentes de relieve en la formación. La situación ha llegado a tal punto que, antes de la reunión prevista para este viernes en Gran Canaria y a la que tienen previsto asistir la secretaria general, María Dolores de Cospedal, y el propio Soria, la dirección nacional de los conservadores quiere evitar aristas y apagar los focos o rescoldos dejados en estos días con urgencia.

Para ello, y según se detalló ayer a El Día, el vicepresidente de Organización, Fernando Martínez Maíllo, tiene previsto reunirse hoy con todos los presidentes insulares del PP canario. En principio, se trata de citas individuales en las que tampoco se descarta la presencia de Cospedal. El objetivo principal pasa por conocer a fondo el sentir de cada isla y llegar a la reunión del viernes con el mayor acuerdo posible sobre cómo salir de la situación actual, si con el secretario de organización hasta ahora en las Islas y presidente sustitutorio de Soria por estatutos, el palmero Asier Antona, conformado en el cargo hasta que se celebre un congreso regional, si con otro nombre en su lugar o si con una gestora de consenso que sirva de transición.

En el fondo, la gran pugna que se ha desencadenado tiene que ver con la convicción de buena parte de la formación de que Antona no concita los apoyos y parabienes suficientes como para dirigir el partido en estas circunstancias. Aparte de algunos errores que, según fuentes del partido, se le achacan por haber dado por hecho su liderazgo, se cuestiona sobre todo su procedencia de una isla no capitalina, cuando el PP tiene su principal caudal de voto en Gran Canaria y, en menor medida, en Tenerife.

Los defensores de esta tesis, y más allá de aspiraciones personales existentes o no, creen que lo ideal es que el presidente y el secretario sean cargos a intercambiar entre las dos islas grandes para no arriesgarse a debilitar más el menguado apoyo al PP en las dos últimas citas electorales, especialmente en las regionales.

Por su parte, Antona y sus partidarios han recalcado en los últimos días la necesidad de que haya altura de miras y de que se anteponga el interés general del partido a los personalismos. Eso sí, el diputado autonómico y portavoz en el Parlamento canario está convencido de que hay mucha más superficie que profundidad en los movimientos de estos días.

Una percepción que contrasta con la de otros dirigentes de peso, quienes creen que María del Carmen Hernández Bento, su hermano Enrique (ahora delegado del Gobierno) o el portavoz en el Cabildo tinerfeño y alcalde realejero, Manuel Domínguez, responden a perfiles mejores para la presidencia. Domínguez, de hecho y aunque recalca que nunca se postulará, está dispuesto a aceptar el cargo si se le pide y ha estado presente en diversas reuniones desde la semana pasada, algunas surgidas casi espontáneamente. Para algunos, concita muchos más apoyos como líder aglutinador que Antona.