El Ayuntamiento de La Laguna irá a la raíz del problema para tratar de poner coto a los grafitis en las calles del centro histórico: un plan de concienciación tanto a nivel global como, sobre todo, dirigido a los más jóvenes, con lo que se busca que se vaya creando en ellos una querencia por el patrimonio que alberga la ciudad.

Más allá de la lacra en sí misma, el origen de la fórmula está en los obstáculos para solventarla. Según explicaron fuentes oficiales del Consistorio lagunero, la dificultad reside en que solo pueden actuar desde esta institución en aquellos espacios de carácter público, mientras que el alcalde, José Alberto Díaz, consideró que las "conductas incívicas" que llevan a las pintadas no van a remediarse con una mayor presencia policial en las calles céntricas.

Los preparativos de esa campaña, que se espera poner en marcha este año, están actualmente en fase de diseño por parte de la corporación municipal, si bien se tiene ya claro que se llevará a cabo un trabajo de divulgación patrimonial entre los adolescentes para evitar que estos le den continuidad a estas prácticas y para que desde edades tempranas haya conciencia del valor histórico lagunero.

De forma más general, desde el ayuntamiento precisaron que sí se han puesto en marcha actuaciones directas de limpieza en los últimos años, pero que estas se han centrado en los espacios públicos, el ámbito en el que les es posible desarrollar trabajos.

Cabe indicar que la nueva iniciativa llega después de que en los últimos tiempos hayan aumentado las críticas relacionadas con esta problemática. No en vano, desde Ciudadanos (C''s) lamentaron en los últimos días la proliferación de pintadas, lo que siguió a la pregunta del concejal del Partido Popular (PP) Orlando Padilla en el último pleno sobre las actuaciones que se están desarrollando "en materia de rehabilitación de inmuebles afectados y prevención de los grafitis en la ciudad", especialmente en el conjunto del casco.

Mientras tanto, operarios municipales iniciaron el pasado miércoles la mejora del exterior de la ermita de San Roque, afectada por unas pintadas que se podían localizar, al menos hasta el pasado mes de febrero, en más de 200 puntos del centro histórico.

Esos daños patrimoniales se encuentran exactamente en la especie de triángulo que forman la parte alta de La Concepción, el final de la calle Herradores y el Cristo, es decir, la zona que cuenta con mayor protección en la ciudad. De ese perímetro son pocas las calles que se salvan del problema, que llega a paredes, cajetines eléctricos, cristales y hasta a algunos elementos de cierta antigüedad. Y en casi todos los casos sin ningún tipo de criterio estético.

De ahí, las medidas planteadas por el Ayuntamiento de La Laguna, desde el que también se hace un llamamiento a los ciudadanos para que estén "vigilantes" a la aparición de estas manchas que restan atractivo a las construcciones y otros elementos con los que cuenta un enclave que hace ya cerca de dos décadas, en 1999, fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

El PP preguntó por los grafitis en el pleno y C''s los lamentó días después