El Partido Popular en La Palma vive su mejor momento de las últimas décadas. Asier Antona abandonará la Presidencia insular dejando a una formación unida, sin guerras internas, donde la sucesión no implica ni tan siquiera un atisbo de disputa y cuyo liderazgo es asumido sin discusión por cargos públicos, orgánicos y afiliados.

Antona llegó al PP cuando la representación de los populares era bastante limitada, casi residual, una situación que ha cambiado de forma radical. Apostó por la renovación de su partido, desde la base, formando equipo e incorporando de forma progresiva a gente joven, sin ninguna experiencia en política, en sustitución de aquellos que a su juicio ya habían acabado su ciclo o, simplemente, no tenían su misma visión o ilusión política.

De esa estrategia "nacieron" los alcaldes de Breña Baja, Borja Pérez, y de Barlovento, Jacob Qadri, además de la apuesta por Mariano Hernández, que con apenas 32 años se ha convertido en senador; o de la diputada regional Lorena Hernández.

Lo más natural, sin embargo, es que la Presidencia sea asumida por su número "2", la secretaria general, Elena Álvarez Simón, diputada nacional (aunque habrá que saber qué ocurre si se repiten las elecciones generales, como todo apunta), y concejal con responsabilidades de gobierno en el Ayuntamiento de Breña Baja.

Álvarez es una política con unas características totalmente contrarias a Antona en muchos aspectos: tiene menos carisma y es más trabajadora en la "sombra". Más de gestión, en resumen, que de política pura, aunque muy respetada por el resto de sus compañeros y, sobre todo, fiable. Sí se parece en una cosa con su "jefe": primero, el partido.

Si se cumple la lógica, la diputada nacional dirigirá al PP de La Palma hasta el próximo congreso insular.

La realidad es que una simple llamada a representantes de diferentes comités del Partido Popular en La Palma sirve para certificar que la sucesión no es un problema. No hay margen ni tan siquiera para el juego de "ciencia ficción" al que invitan estos casos. Es más, las voces en contra de Asier Antona, que alguna muy puntual queda, predican en el "desierto".